El salario mínimo cayó 28% en tres años.


El Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) sufrió una caída de 28,2% en términos reales desde noviembre del 2015, perdiendo así más de un cuarto de su poder adquisitivo.

La última Canasta Básica Total (CBT) publicada por el Indec fue la de marzo (2019) e indicó que una familia tipo, formada por cuatro integrantes, necesitó $28.750 para no ser considera dentro de las estadísticas de pobreza (eso no incluye costos de alquiler y da por hecho que es propietaria). 

Los números muestran entonces que si los dos jefes de esa familia están empleados y perciben un salario mínimo, no llegan siquiera a acercarse a esa línea de pobreza oficial, ya que totalizan un ingreso familiar de $25.000. Están, de hecho, casi un tercio de un virtual tercer salario mínimo por debajo de ese nivel (en este caso imaginario, uno de los hijos, menores de edad, debería trabajar).

Una familia tipo necesita $28.750 por mes mientras que el SMVyM está en $12.500.

Un informe publicado por Cifra mostró que el salario mínimo sufrió, hasta marzo (2019), cuando el Gobierno adelantó la suba de junio, una caída extraordinaria y muy superior a la del salario real promedio. De hecho, se contrajo 24,8% entre noviembre del 2015 y marzo del 2019, a pesar del mencionado adelantamiento de la última cuota que correspondía a junio.

Esa dinámica de fuerte deterioro explica, a su vez, lo mucho que empeoró la mencionada relación entre dos salarios mínimos y la línea de pobreza. En abril del 2016, cuando Cambiemos publicó la primera estimación de la CBT, el sueldo mínimo era $6.060 y la línea de pobreza para una familia tipo era $11.320. Es decir: al principio de la gestión del actual Gobierno, dos salarios mínimos alcanzaban y sobraban para cubrir la canasta familiar.

Desde Cifra afirmaron que "en las dos últimas reuniones del Consejo del SMVM el Gobierno dispuso unilateralmente su actualización, ante la falta de acuerdo de las partes. "Los aumentos dispuestos estuvieron sesgados hacia las propuestas del sector empresario e implicaron importantes pérdidas reales en el salario mínimo, que implican un deterioro de este instrumento como piso salarial. Y continúa perdiendo poder de compra ante la persistencia de una elevada inflación", advirtió el centro.

En noviembre del 2015 el salario mínimo era $5.588 y por ende la suba hasta alcanzar los $12.500 actuales fue de 123,6%, número muy inferior al 211,1% en que trepó la inflación acumulada entre aquel mes y abril del 2019, según el IPC CABA. Por eso, al utilizar esa inflación para deflactar, la contracción real del SMVM fue de 28,2% en abril.

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