No vamos a descubrir ahora, cuando el mandato de Macri está más cerca del arpa que de la guitarra, que el INDEC PRO fuerza los índices estadísticos a través de la "intervención" de coeficientes afines a los intereses marketineros del gobierno titular. Pero sí no vamos a dejar de recordarlo cada vez que de estadísticas se trate.
Ahora hablamos del freno de la actividad fabril que, dado en el marco de la ya prolongada recesión económica, no para de profundizarse.
El dato en cuestión es que la capacidad ociosa de la industria argentina llegó al 44%. En otras palabras: el 44% de la maquinaria instalada en las industrias del país está parado. O, de otro modo, el 43,8% de la infraestructura productiva se mantiene ociosa, con lo que en enero de 2019 las plantas del país sólo utilizaron el 56,2% de su capacidad instalada.
El dato (provisto por el INDEC PRO) representa un empeoramiento en relación a diciembre pasado (43,4% de capacidad ociosa) y un desplome frente a enero de 2018 (38,4%). Además, es no sólo el peor momento industrial de la era Macri, sino que también indica el nivel de ociosidad más alto desde julio de 2002.
Según el relevamiento oficial, el sector automotriz se muestra como uno de los más perjudicados por el alto nivel de inactividad, con el 84,3% de su potencial productivo en suspenso. En este rubro, la utilización de la capacidad instalada de 15,7% fue inferior a la de enero de 2018 (25,6%) y a la de diciembre (25,6%), como consecuencia de la disminución de la cantidad de unidades fabricadas por las terminales automotrices a partir de la menor demanda y de la realización de paradas técnicas en algunas plantas productivas.
La industria textil y la metalmecánica (excluidos automotores) también se encuentran abajo en el panorama productivo actual. La primera utiliza sólo el 31,4% de su capacidad, debido a la menor elaboración de hilados de algodón y tejidos. En tanto, el segundo rubro sufre una depresión debido al retroceso en la demanda de maquinaria agrícola y aparatos de uso doméstico.
Productos de caucho y plástico es otro bloque fabril que se ubica por debajo del promedio. Utiliza sólo el 48,4% de su potencial, un descenso importante en comparación con el 58,2% de enero de 2018.
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