Puede uno sorprenderse, incluso inmerso en la alta marea de golpes de efecto producida por las empresas mediáticas monopólicas argentinas (Grupo Clarín). También puede uno sorprenderse de que un periodista afín al ideario político y económico de un gobierno como el de Macri salga a publicar un libro para desmentir la operación de prensa realizada por el mismo Grupo Clarín, cogobierno de la gestión Macri.
¿Se dio vuelta Duggan? ¿Gana Duggan credibilidad al presentarse imparcial contradiciendo al gobierno en un tema tan sensible como el de Nisman en Argentina? ¿Duggan no tiene pelos en la lengua y hace periodismo a pesar de los intereses empresariales? Nada de eso.
Pablo Duggan sale a publicar este libro, donde se demuestra fehacientemente que Nisman se suicidó, después de cuatro años de ocurrido el hecho que impactó en las elecciones presidenciales de 2015. Porque el caso Nisman fue una compleja operación de golpe de Estado contra la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, donde actuaron en connivencia el Grupo Clarín, capitales extranjeros, los servicios de inteligencia y un sector del Poder Judicial.
En este marco, ya hecho el daño, ya recogidos los beneficios de la operación (el enorme desgaste producido en la imagen de Cristina Kirchner) en una elección presidencial que apuntaló a Macri en la presidencia, se hace necesario a ese mismo grupo de poder, desactivar la fake news (falsa noticia). Y sólo se hace la desmentida una vez cosechados los beneficios y cuando el mainstream está bien ocupado en otras necesidades, acaso tan o más profundas que esta ya antigua y obsoleta.
El libro del periodista y abogado Pablo Duggan lleva por título una una pregunta. "¿Quién mató a Nisman?".
"Nisman mató a Nisman. El complot asesino es una mentira total", asegura Duggan como develando un misterio. Y ese (también falso) misterio fue creado precisamente a través de las inmensas e innumerables noticias falsas multiplicadas (fundamentalmente) por el Grupo Clarín.
El libro muestra a un fiscal deprimido, atascado en sus propios errores, en "el peor momento de su vida", seguro de que iba a perder su puesto como investigador especial del atentado a la AMIA. Como lo dice el autor en el prólogo, "la causa judicial es contundente en cuanto a la existencia de pruebas incontrastables sobre la naturaleza de la muerte" de Alberto Nisman, quien había denunciado a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Su muerte, el 18 de enero de 2015, hizo temblar al país y la empresa mediática multiplicó las fake news con el efecto de posverdad, aquella noticia que les sirve a los odiadores de Cristina Kirchner para reafirmar y regodear su odio adjudicándole la autoría intelectual del hecho.
Duggan, además de mostrar pruebas y desarrollar hipótesis, plantea cómo este hecho fue utilizado por la entonces oposición para horadar el poder y la imagen del Gobierno anterior. "¿El homidicio de Nisman es el único magnicidio ocurrido desde la vuelta de la democracia o es, en realidad, la noticia falsa más fantástica producida en un año electoral?", también se pregunta el libro en su contratapa.
-¿Por qué este es el momento? le preguntan a Duggan.
-La gente está aprendiendo a escuchar un poco más. Está más dispuesta a escuchar otra versión. Yo sostengo que el Gobierno utilizó el caso Nisman para la campaña de 2015, que Cambiemos utilizó el caso Nisman como una herramienta política para golpear a Cristina Kirchner. No tengo ninguna duda que el invento del asesinato responde a intereses argentinos y geopolíticos de afuera. En el caso de argentino era simplemente sostener el asesinato para perjudicar a Cristina. Para mí es un disparate. Me sorpendí muchísimo cuando leí el expediente porque es contundente. No permite que nadie que lo conozca piense otra cosa, certifique que eso fue otra cosa que un suicidio.
-¿Qué fue lo que te llevó a hacer este libro?
-Lo que me entusiasma en los dos libros que escribí fue lo mismo. Me engancha mucho cuando en un caso, como este, básicamente no se dice la verdad. Cuando la mayoría de los medios dan información que no es la cierta. Tanto en el caso García Belsunce como en Nisman se impusieron versiones falsas, equivocadas. Me entusiasma decirle a la gente "che, pará, todo lo que te dijeron hasta ahora es todo mentira mentira. La verdad es otra. Guarda, te compraste lo que te querías comprar".
-En un contexto de fake news, post verdad…
-Y la noticia deseada, que tal vez es lo más fuerte. En Argentina somos campeones mundiales de la noticia deseada. Eso que nos dicen lo compramos si es lo que pensamos. En un caso policial como este es saber qué pasó. Yo quería saber qué pasó en ese baño el día de la muerte de Alberto Nisman.
El trabajo de Duggan es minucioso cuando expone las pericias realizadas sobre la escena de la muerte y volcadas al expediente. "Lo más loco es que nunca se encontró una sola prueba o indicio de asesinato. Lo único que hay en el expediente que sostiene el asesinato es la pericia de Gendarmería, que va a pasar a la historia como la pericia más trucha que se haya hecho jamás en la historia judicial argentina. Yo invito a todo el mundo a leerla, hago un resúmen donde señalo algunos puntos que son de una inconsistencia absoluta, de una ridiculez total".
-Esa pericia de Gendarmería dice que había dos personas en el baño con Nisman.
-Es un baño de dos por dos donde no hay una sola huella de que ahí hubo dos personas. Te explico, una persona con un agujero en la cabeza sangra profusamente. En el momento del disparo sale sangre para todos lados y después esa cabeza chorrea y chorrea sangre. En un baño tan pequeño es imposible que alguien haya estado ahí en el momento del disparo.
Duggan sostiene en el libro que los peritos de Gendarmería fueron obligados a asegurar que se trató de un asesinato. "Patricia Bullrich, que fue de las grandes impulsoras de la teoría del asesinato, después termina siendo la jefa de Gendarmería cuando Gendarmería hace esta pericia vergonzosa, falsa, mentirosa, por la cual yo creo que algún día alguien de Gendarmería va a terminar preso, y justo se da a conocer en el momento del caso Maldonado, cuando Gendarmería estaba contra las cuerdas y Patricia Bullrich los había bancado mucho. Yo digo en el libro que hay que investigar muy seriamente, porque tengo información sobre eso, la posibilidad de que a los peritos les hayan ordenado que la pericia dijera que fue un asesniato, que para mí suena muy lógico porque es la única manera de entender cómo los peritos cometen errores tan idiotas".
En sus "Conclusiones", el libro enumera las razones por las que sostiene la hipótesis del suicidio. Que la Junta Médica forense es categórica al decir que "no participaron terceras personas". Duggan escribe "el disparo, su trayectoria, el lugar en donde entra la bala, donde queda el arma y el casquillo, todo indica compatibilidad con un auto disparo" para remarcar que "el complot asesino es una fantasía".
-Cerca del final del libro sos muy contundente y usás esa palabra específica, cuando decís qué opinás de la hipótesis del complot asesino. La pregunta es cuál es la respuesta al título del libro.
-La respuesta es que Nisman mató a Nisman. Mucha gente me pregunta '¿y por qué se suicidó?'. Y yo les hago la misma pregunta: ¿y vos por qué te suicidarías? Todos me contestan "yo por ningún motivo". Cualquier respuesta que te dé te va a sonar rara. Porque para una persona normal, nadie es normal, medianamente normal, no hay motivos para el suicidio. Un desengaño amoroso no es un motivo, quedarme sin laburo no es un motivo. Partamos de la base de que es una persona desequilibrada. Nisman dio muchas muestras de que es una persona muy desequilibrada. Los casos de acoso sexual, yo revelo uno terrible que duró ocho años.
-Y mostrás las conversaciones que son espeluznantes.
-Y salen de una causa que existió y la llevó como fiscal Gabriel Cavallo y como juez Martín Irurzun.
-Hoy, por una conversación así hecha pública vas preso.
-Entonces, por qué se suicidó Nisman, yo no lo sé. Lo que sí sé y cuento en el libro es qué momento emocional estaba pasando. El peor de su vida. Un desastre. Y la gente que dice que Nisman estaba bárbaro no sé si mienten o son ignorantes. Hasta la hija le manda un mensaje cuando sabe que está muerto. Le manda tres mensajes con el papá ya muerto. Ella eligió mandarle mensajes cuando aun sabía que su papá estaba muerto. Y le pone: "Papá, vas a estar mejor que acá".
Duggan también plantea como una idea insostenible que Diego Lagomarsino, dueño del arma, haya participado del complot por asesinar a quien era su jefe. "Hay que usar un poquito de sentido común. Más allá de que las pruebas técnicas avalan todo. Un tipo que estuvo nueve años al lado del fiscal, que trabajó siempre con él fielmente, que le convenía trabajar con Nisman porque ganaba buena plata, trabajaba poco, el fiscal lo ayudaba, más allá de que se quedaba con la mitad de su sueldo, pero él nunca pensó que era la mitad de su sueldo, por qué de repente se convierte en un asesino pero el más idiota asesino que haya conocido la historia, porque él provee el arma para que el que lo asesina salga libre y él se le arruine la vida. Lagomarsino hace tres años no se podía ir de vacaciones con sus hijos, perdió el 80% de su clientela. La gente lo mira por la calle como el asesino de Nisman. ¿Cuál era el negocio? ¿Quién puede pensar que alguien va a ser tan tonto de pensar esta estupidez?"
Duggan también revela el lado oscuro del fiscal Nisman, sus gastos astronómicos con prostitutas VIP, sus cuentas no declaradas, su vida de lujo y lo pone en contexto.
-Para mí es evidente que Nisman era un corrupto.
-¿Qué se encontró en la caja fuerte de Nisman?
-Plata.
-¿Cheques extraños?
-Sí, unos cheques extraños que él tenía que depositar. Nisman tenía toda una situación extraña. A Nisman le denuncia su ex mujer Sandra Arroyo Salgado una cuenta de 600 mil dólares que estaba oculta, que nunca había declarado, con plata mal habida. Tenía otras propiedades: dos terrenos en unas chacras muy caras en Punta del Este, dos departamentos en la calle Dorrego, todos a nombre de testaferros, tenía un auto que no se sabe de quién era, era de un amigo de él, pero no está claro si lo había comprado o qué.
-¿El estaba aterrado por sus propios errores?
-Toda la vida de Nisman era una gran mentira. No era fiscal. Hacía que trabajaba y no hacía nada. La causa (AIMA) nunca avanzó nada (…) Su vida con modelos, prostitutas VIP muchas de ellas, a las cuales les hacía regalos impactantes, gastaba muchísimo dinero en ellas, tenía una relación muy cercana con Leandro Santos, acusado de manejar prostitutas, pero bueno, esa es su vida privada, el problema con eso es cómo lo financiaba. De dónde salía la plata.
–Y cómo se sentía él si su figura se desmoronaba, que todo eso podía salir a la luz.
-El sabía, él se dio cuenta que había cometido un error tremendo de evaluación política. Lo que él creía que era su salvoconducto para quedarse en la fiscalía y quedar bien con las personas para las cuales trabajaba, que no eran argentinos, se le vino como un boomerang. Stiuso lo deja solo, por una simple razón: Cristina piensa que la denuncia (de Nisman, por el Memorándum con Irán) contra ella venía de (el agente secreto Jaime) Stiuso. Y Stiuso se iba de la SIDE con cierto pacto de no agresión por obvias razones, de una relación muy cercana. Esto le caía pésimo. Es más, Stiuso, tengo dos fuentes que me dicen que Nisman les contó que Stiuso le pidió que no presentara la denuncia, que era una locura, encima con una presidenta en ejercicio. Y después el kirchnerismo, que con toda razón reacciona con mucha virulencia frente a una acusación aberrante.
"¿Quién mató a Nisman?" desarrolla la trama de una muerte que, a juicio de su autor, fue aprovechada en un año electoral para llevar a Cambiemos al poder. Previo a morir, Alberto Nisman, asegura Duggan, hizo una jugada política con su acusación a Fernández de Kirchner sin medir las consecuencias, lo describe "fanatizado" en busca de "lograr su salvación y buscar su éxito".
-La denuncia contra Cristina es una gigantesca mentira que él sabía perfectamente que era una mentira. Le dedicó mucho tiempo a la denuncia contra Cristina. El le comenta a no menos de ocho personas que lo van a echar. Repite a todo el mundo. A Arroyo Salgado, a sus secretarias, a secretarios letrados, a algunos agentes de la SIDE, "me van a echar, lo acaban de echar a Stiuso", él dice "vienen por mí", por eso interrumpe el viaje con su hija, se viene a Buenos Aires a presentar esta denuncia, que el único objetivo era que no lo echaran; si yo te denuncio no me podés echar porque estás confirmando el encubrimeinto. Con esto quería blindarse.
Duggan asegura que Nisman "estaba hecho mierda" y veía "un futuro nefasto donde seguramente se hizo a la idea de que terminaba preso. Porque con todo el kirchnerismo en contra no le iban a perdonar que tuviera cuentas con plata (no declarada). Y a Nisman lo investigabas un poquito así y te encontrabas con un personaje nefasto detrás".
"El complot asesino es una mentira total", afirma el periodista, y concluye: "Digo que es la peor fake news (noticia falsa) de la vuelta de la democracia. Porque gracias a esa mentira, en parte, cuánto no lo sé, es el triunfo de Macri de 2015. Lo dice el New York Times: un articulo de marzo de 2015 que dice con toda claridad 'el asesinato de Nisman va a afectar el resultado electoral de octubre'. El New York TImes. No Pablo Duggan".
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