Macrilandia: La obcecación enfermiza de un grupo irresponsable.

En días de la Devaluación de Mayo, los cerebros PRO decidieron organizar una reunión de “gabinete ampliado” nada menos que en el Centro Cultural Kirchner, el edificio que más seduce a la cúpula. Allí, a modo de charla motivacional, después de Frigerio, Dujovne y (cuando no) Peña, Macri habló unos veinte minutos, todo un récord en alocución continua.

Por supuesto no arrojó concepto alguno ni en política económica o social, ni mostró estrategias para salir de la crisis provocada, ni tampoco abrió el juego al debate de ideas para atenuar, detener o invertir la constante caída económica ni la fuga de capitales ni la ausencia de inversiones ni el aumento de la inflación ni la creciente recesión y los consiguientes reclamos sociales vistos en masivas y repetidas manifestaciones que hacen un caos de la ciudad de Buenos Aires.

Micrófono en mano, cuál pastor televisado, Macri repitió, una tras otra, las frases que arma el focus group organizado por Marcos Peña y donde participan hombres como Durán Barba y Alejandro Rozitchner (de insólitos niveles de obcecación).

"Me dicen que estamos en el peor momento del Gobierno. Pero el peor momento fue cuando arrancamos, cuando había que evitar que el avión se estrellara. Íbamos derecho a lo que está sufriendo hoy Venezuela y lo evitamos", dijo el empresario devenido en presidente, repitiendo la misma frase que Marcos Peña ya había ensayado días antes (13.05.2018) en un programa de televisión conducido por Luis Majul, el periodista que fue denunciado en reiteradas oportunidades por recibir pautas millonarias desde el gobierno además del empleo oficial dado a su esposa.

De este modo, revistiendo el evento de ampliación decisoria, liderazgo y comandancia de agenda, la reunión no pasa de otra charla motivacional que, basada en un diseñado punto de vista, se traduce en un concreto decálogo de frases válidas para responder al periodismo: otra paradoja diseñada donde bajo una vestimenta de ampliación o apertura, el grupo de poder se cierra sobre sí mismo para bajar líneas discursivas.

"Somos la generación que vino a cambiar la historia para siempre..."

Se trata, acaso, de ganar tiempo. Propios y extraños saben que la política económica no sólo es insustentable sino que marcha directo al desastre. Sólo en los primeros cuatro meses de 2018, la sangría de dólares sumó 11.486 millones (compraventa de billetes y transferencias de divisas por 7392 millones y otros 4094 millones por viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta en el exterior). La proyección anual de esa cifra, que surge del anexo estadístico del informe del balance cambiario del Banco Central, muestra un monto superior al auxilio financiero mínimo suplicado por Macri al FMI sin contar que (según el Indec PRO) el déficit comercial (la diferencia negativa entre exportaciones e importaciones) en el mismo período acumula 3420 millones de dólares, 165% más que en igual período del año pasado y que las decisiones económicas del grupo sólo apuntan a equilibrar el déficit fiscal, ajustando a la población para reducir la actividad económica que redundará cíclicamente en menor recaudación de impuestos.

“A los que agreden hay que devolverles una sonrisa”, dijo Macri desde el escenario, “estamos listos para encarar la construcción de esa sociedad que queremos. Cada día abrimos una puerta y cerramos una pequeña traba… sabemos todo lo que hemos avanzado…”

El encuentro se hizo a puertas cerradas pero convocó, desde ministros a subsecretarios, unos 1400 funcionarios PRO. El diario La Nación cuenta que:

“Más de mil funcionarios se pusieron de pie para aplaudirlo cuando llegó, al modo de una estrella de rock o de cine. Alentado por el espaldarazo de sus funcionarios, el presidente Mauricio Macri utilizó un tono zen para enviar un mensaje optimista y pedir "convicción y tranquilidad" frente a los desafíos que se vienen y la necesidad de recuperar la agenda política”.

Es decir, a la “representación” de liderazgo armada por el focus group, La Nación le suma la descripción de la “representación”.

"Tenemos un equipo comprometido, sensibilizado. Nos tenemos que apoyar entre nosotros mucho más", habría agregado el Presidente. "Convicción", fue de las palabras que más repitió, coincidieron tres asistentes. No fue casual. El entorno de Macri definió como una estrategia discursiva que el término "convicción" debería ser el leitmotiv del mensaje oficial en esta etapa, en la que algunos actores internos sienten el impacto de la crisis cambiaria.”

Sin obviar potenciales (“habría agregado”) y sin citar fuentes (“el entorno de Macri”), La Nación además pretende explicar al lector la estrategia del focus group aunada en la palabra “convicción”.

Además de repetir que "somos la generación que vino a cambiar la historia para siempre", Macri reiteró en el CCK que uno de los errores de su gobierno fue no haber dejado lo suficientemente clara la situación que habían heredado en diciembre de 2015: “La autocrítica que me hago es que siempre he sido muy positivo. Tal vez puse metas ambiciosas para todos y no dijimos el diagnóstico duro”.

La declaración sorprende porque si hay algo con lo que el focus group insistió a través de los funcionarios y sus micrófonos en estos dos años y medio fue con “la herencia recibida”, a la que le aún hoy adjudica todos los males que sufre el país.

El propio Macri dedicó gran parte de su primer discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso en marzo de 2016 a hablar de los supuestos problemas que le dejó el kirchnerismo. Esas denuncias permanentes se sumaron a producciones periodísticas de numerosos medios oficialistas que aún hoy siguen hablando más del pasado que del presente y con el accionar de un grupo de jueces federales y camaristas que manejaron las causas contra los funcionarios del gobierno anterior de acuerdo a las necesidades políticas de la Casa Rosada. De hecho, estimado lector, el primer post de este blog fundado el 3 de diciembre de 2015, lo expresa en una sola imagen.

En todo momento, el focus group apeló (y sigue apelando) a una versión funcional del pasado para intentar explicar el presente y condicionar el futuro, a aprovechar la crisis de Venezuela para mostrar en qué se hubiera convertido la Argentina si Cambiemos no hubiese ganado las elecciones, lo que constituye un ejercicio contrafáctico imposible de ser corroborado.

Ahora la estrategia discursiva consiste en seguir hablando del pasado y de Venezuela, pero lo llamativo es que se lo quiere presentar como algo novedoso surgido de una supuesta autocrítica motivada por la reciente crisis cambiaria. “Y sí, pude haber negado o no haber expresado con toda profundidad y claridad lo mal que estaba la Argentina, pero es difícil ir a pedir plata prestada diciendo que estás quebrado”, dijo Macri, “íbamos derecho a repetir lo que están sufriendo nuestros hermanos venezolanos”. Minutos antes el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, hizo un insólito viaje a Venezuela presentando un Powerpoint donde detalló que en el país caribeño la pobreza es del 87%, el déficit fiscal del 32%, el desempleo de 27,1% y la inflación anual de 2818%.

Dujovne no mostró que en los últimos dos años este gobierno tomó deuda por más de 200 mil millones de dólares para financiar fundamentalmente la fuga de capitales, que desfinanció el Estado con la quita de retenciones y la reducción de otros impuestos progresivos, que frenó la construcción de obras estratégicas como Arsat III, Atucha III y la central termoeléctrica de Río Turbio y que ahora vuelve al Fondo Monetario Internacional como deudor.

Un día antes (23.05.2018) y un día después (25.05.2018) de la reunión PRO en el CCK, un millón y medio de personas se congregaron en el Obelisco de Buenos Aires para rechazar los recortes presupuestarios a la educación y la vuelta como deudor al FMI.

Estimado lector, estamos en problemas; en serios problemas. Y esto está pasando.

Alejandro Carnero.

Comentarios