Macri y sus deseos de ya no tener que esconderse.


Corría el mes de julio de 2017, Macri no llevaba en el cargo presidencial más que seis meses y apareció exultante en el escenario del Salón de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires que festejaba su 162° aniversario. Entonces contaba a sus pares, empresarios, las bondades del blanqueo propiciado por su propio gobierno.

"...Pero también les quiero hablar hoy de algo que tiene que ver con este nuevo punto de partida, que es la ley de responsabilidad fiscal... Yo creo que tenemos que ser todos parte de este momento, tenemos que sentirnos protagonistas, tenemos que sentirnos, como dijo Adelmo, que todos ponemos el hombro y que todos sinceramos nuestra situación, porque lo que hemos entendido es que el Estado tiene que estar al servicio de la gente, no de la política, que el Estado tiene que estar al servicio y respetar las leyes, con lo cuál ya no más vamos a tener que protegernos ni escondernos".

Por primera vez en la historia argentina un gobierno autoconfeso de derecha accedió al poder a través de la sumatoria de votos. Acto seguido, se presenta como aleccionador, pionero y vanguardista en la vía de saqueo estatal institucionalizado y sale a declamar a cuatro vientos su vocación de poder presentándose como la nueva derecha que llega con dotes políticas, es decir, un grupo de poder empresario que trae el plus distintivo del conocimiento político, un plus que distingue a los precursores latinoamericanos del nuevo siglo XXI.

A través de ese plus político que el Círculo Rojo ni los mercados terminan de entender o soportar, el PRO garantizaría que las transformaciones logradas y por lograr serían debidamente legitimadas y sostenidas en el tiempo: “Somos la generación que vino a cambiar la historia para siempre…”, volvió a repetir Macri en el CCK.

“Ya no tenemos que escondernos…” les decía Macri a los empresarios que guardan su dinero en bancos extranjeros y guaridas offshore. “Seamos protagonistas”, les pedía a modo de decir “traigan su dinero”, “ya no tenemos que escondernos”, “el Estado tiene que estar al servicio de la gente, no de la política, que el Estado tiene que estar al servicio y respetar las leyes…” que ponemos nosotros, los dueños del dinero.

“Ya no tenemos que escondernos…”

Todavía no pasó un año al momento de estas líneas, cuando Macri se reúne en el CCK con un millar de sus funcionarios para curar las heridas de la debacle económica que sobrevuela Argentina.

Sólo en los primeros cuatro meses de 2018, la sangría de dólares sumó 11.486 millones (compraventa de billetes y transferencias de divisas por 7392 millones y otros 4094 millones por viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta en el exterior). La proyección anual de esa cifra, que surge del anexo estadístico del informe del balance cambiario del Banco Central, muestra un monto superior al auxilio financiero mínimo suplicado por Macri al FMI sin contar que (según el Indec PRO) el déficit comercial (la diferencia negativa entre exportaciones e importaciones) en el mismo período acumula 3420 millones de dólares (165% más que en igual período del año pasado), que la devaluación del peso supera el 37% y que las decisiones económicas del grupo sólo apuntan a equilibrar el déficit fiscal, ajustando a la población para reducir la actividad económica que redundará cíclicamente en menor recaudación de impuestos.

En medio de multitudinarias marchas de protestas que paralizaron el centro porteño (se calcula que entre docentes, sindicatos y espontáneos superaron largamente el millón de personas en las calles en dos manifestaciones en la misma semana) y de la incesante devaluación del peso, Macri volvió a repetir las frases que el focus group le hace decir.

“Somos la generación que vino a cambiar la historia para siempre…”, la generación de empresarios que ya no tiene que esconderse.

De hecho, en el mismo día en que Macri reunía a su “gabinete ampliado” (24.05.2018) la Justicia cerró la causa contra el presidente por el decreto que modificó la ley de blanqueo y permitió que familiares de funcionarios puedan adherirse a ese mecanismo. Así lo dispuso la jueza María José Sarmiento al alegar que la causa es “abstracta” porque el blanqueo finalizó. La denuncia había sido presentada por el diputado del Frente Renovador Felipe Solá, por entender que el DNU era inconstitucional ya que cambiaba una norma vigente sin haber pasado por el Congreso. El diputado explicó que había presentado la denuncia a comienzos del 2017, pero que la jueza María Biotti le impidió presentarse como litigante y cerró la causa. Sin embargo, la Sala V de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal rechazó un planteo del Estado para presentarse a litigar y lo habilitó a reclamar judicialmente.

El periodista Horacio Verbitsky desató furias inconfesables en Macri y su entorno cuando accedió y publicó el listado "secreto" de familiares y amigos presidenciales que se acogieron a las bondades del blanqueo de capitales. A raíz de esa publicación, de haber publicado lo que "estaba escondido", Verbitsky dejó el diario donde trabajó durante 30 años para abrir su portal web elcohetealaluna.com. Nada pudo hacer tampoco Macri cuando desde cierto periodismo europeo descubrieron la inmensa red de cuentas offshore que sostiene el propio Mauricio y gran parte de su entorno ministerial, cuentas no menos escondidas que los propios blanqueos.

“Somos la generación que vino a cambiar la historia para siempre” es una frase que Macri repitió, al menos cuatro veces en actos públicos. El 20 de septiembre 2017 en su visita a Chaco y luego de inaugurar la ampliación de una planta de acopio en Pampa del Infierno, el 2 de octubre de 2017 en la inauguración del Puente La Noria en la frontera capital – provincia de Buenos Aires, el 17 de octubre 2017 en el cierre oficial de campaña de Cambiemos en la provincia de Santa Fe, realizado en el estadio cubierto del Club Provincial en Rosario y ahora, en su peor momento, el 24 de mayo 2018 en la reunión PRO de gabiente ampliado en el Centro Cultural Kirchner.

Este hombre que declama “ya no necesitamos escondernos” porque “somos la generación que vino a cambiar la historia para siempre” distriubye instrucciones, a partir de su focus group, para que ninguno de los funcionarios de gobierno asista al Mundial de fútbol Rusia 2018 a fin de evitar ser fotografiados.

“Una de las preocupaciones del Presidente, por estas horas, es que ningún funcionario aparezca fotografiado en algún partido de la selección argentina de fútbol durante la Copa Mundial Rusia 2018, que comenzará el 14 de junio próximo. Algunos funcionarios del gobierno de Cambiemos, incluso Macri, tenían previsto asistir a algún partido. Pero el jefe del Estado descartó esa posibilidad hace al menos dos semanas, luego de que se desató la crisis cambiaria que terminó con una devaluación del tipo de cambio del 35%”

Más allá de que se descuenta que los funcionarios viajarían con sus propios recursos y no con fondos públicos, lo que quiere evitar la Casa Rosada es mostrar una imagen reñida con la austeridad que impone el difícil momento económico del país. Y mostrar un gabinete enteramente focalizado en resolver los problemas más urgentes y no distraído en Rusia, a más de 17.000 kilómetros de la crisis.

Ese fue uno de los temas que se conversó en las distintas reuniones entre el propio Macri, el jefe del Gabinete, Marcos Peña , el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta , la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal , el ministro del Interior, Rogelio Frigerio , y el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, además del presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, el vicepresidente y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, y el dirigente Ernesto Sanz"
, publicó La Nación.

Empiezan a esconderse. Estamos en serios problemas…

Alejandro Carnero.

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