Cerraron 7500 pymes desde que Macri tomó el gobierno.


En dos años y medio, desde que Macri tomó el gobierno argentino, cerraron alrededor de 7500 pequeñas y medianas empresas y sólo en los últimos meses se conocieron distintos casos de quiebra o amenazas de cierre por los tarifazos. Un informe realizado por la Confederación General Empresaria de la República Argentina afirma que las pymes necesitaron vender hasta 14 veces más en los últimos tres años para cubrir el costo de la energía.

La cadena de electrodomésticos e informática Musimundo cerró diez sucursales en diferentes puntos del país por la baja del consumo y la suba de costos operativos derivada de la suba de las tarifas.

El famoso Café de la Ciudad, ubicado desde 1986 en Corrientes y Carlos Pellegrini, cerró y los dueños informaron que fue porque no podían hacerle frente a los aumentos de las tarifas.

La tradicional casa rosarina de empanadas El Gran Pipón concluyó sus 37 años de historia, por “tarifazos de servicios e incremento del alquiler”.

El Frigorífico Aconcagua dejó el negocio de cámaras de frío ante la crisis del sector frutícola y el incremento de la tarifa eléctrica. La compañía inició su actividad en 1946.

Al borde de la quiebra se encuentra la cristalería El Progreso. La cooperativa recibió una boleta de gas con un valor cercano al millón y medio de pesos, sumado a otra de luz de 120 mil.

La fábrica de alfajores Estancia El Rosario tambalea por el alza de los costos y del financiamiento. Sus dueños negocian una salida con inversores, sindicato y el gobierno santafesino.

La metalúrgica Metalkrom anunció despidos tras la resolución judicial por tarifas que dictó la “inadmisibilidad” del recurso de amparo presentado por la firma para que se retrotraigan los servicios a noviembre de 2016.

La tradicional Vauquita está al borde de la quiebra por el precio del gas. La compañía pasó de abonar 42.000 pesos de gas y luz a casi 150.000 pesos. Lo mismo sucedió con la chocolatería Arrufat, que, en Pascuas, debió rematar sus huevos de chocolate para pagar los servicios.

La cooperativa Cueroflex emplea a 80 trabajadores y su continuidad está en duda tras de recibir una factura de luz de más de 6 millones de pesos, que se suma a anteriores boletas impagas.

“Lo niego en forma terminante. No hay una sola pyme que haya cerrado por las tarifas. La energía incide entre el tres y el cinco por ciento de los costos. El 95 por ciento está en otras cosas”, dijo el ministro de Producción, Francisco Cabrera, durante un acto ayer (18.05.2018) en Córdoba.

La negación de la crisis que está viviendo el sector manufacturero a partir de una política que estimula la especulación financiera en desmedro de la actividad real encendieron luces de alerta en el segmento pyme, el más castigado por el modelo Cambiemos. “Es llamativo y preocupante que un alto funcionario muestre semejante grado de desconocimiento sobre lo que ocurre en la realidad del entramado productivo nacional”, criticaron desde la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme).

Es una constante del oficialismo negar la realidad. Los funcionarios de Cambiemos no se rinden a la evidencia e imaginan un mundo paralelo en el que la apertura comercial, la suba de tasas de interés, los tarifazos y la desregulación financiera no afectan la actividad económica. En el caso de Cabrera, el negacionismo no es nuevo y no se aleja demasiado del que presentan otros funcionarios del gabinete. En 2016, en pleno desplome de la actividad económica, había asegurado que no había destrucción de empresas. “Algunas cierran y otras abren”, dijo entonces. De acuerdo con el Indec, hasta el tercer trimestre del año se contabilizaban 5147 empresas menos. Desde Apyme actualizan esa información y aseguran en un comunicado que en los últimos dos años y medio cerraron alrededor de 7500 pequeñas y medianas empresas.

El Gobierno insiste en medidas pensadas para otro segmento empresario u otro escenario económico. “De las 853 mil pymes que existen, el 85 por ciento tiene menos de cinco empleados. Esto quiere decir que, por lo pequeñas, no tienen acceso al mercado de capitales”, dijo el titular de Apyme, Eduardo Fernández. “Hay disminución de ventas, cortes en la cadena de pago y una enorme desesperación de empresarios. La incertidumbre es total porque se pateó la crisis para dentro de un mes y los mensajes que se dan desde los ministerios de Hacienda, Finanzas y el Banco Central son confusos”.

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