El ex juez de la Corte Suprema y actual juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Raúl Zaffaroni, advirtió que en la región se está dando un proceso de “agresión a la democracia”, que responde a los vínculos entre el poder judicial y el financiero, y que tiene su correlato en la “dominación del poder transnacional” en el mundo. En el marco de la detención del ex presidente brasileño Lula Da Silva en una causa sin pruebas ni sentencia firme, Zaffaroni alertó que en América Latina “se manipulan los medios de comunicación concentrados en combinación con segmentos de la Justicia” como arma política, lo que en derecho lleva el nombre de “lawfare”.
Al evitar hacer declaraciones que impugnen su voto en una potencial apelación de Lula en la Corte Interamericana de la que forma parte, Zaffaroni evaluó que “estamos en un proceso regresivo de la democracia y los derechos humanos en la región". Para explicar el fenómeno, que se funda en una “relación intrínseca” entre poder judicial y los medios de comunicación, apeló a la figura del “totalitarismo corporativo financiero sin contención”.
“El lugar de la política lo ocupan en gran medida las corporaciones transnacionales, no solo en la región sino en el mundo”, amplió en diálogo con FM La Patriada.
En ese sentido, se refirió a la situación en materia de derechos humanos en Argentina, donde “se ve claramente esa manifestación regresiva”. “Lo vemos cuando impunemente funcionarios que tienen a su cargo las fuerzas de seguridad dicen que matar por la espalda es un detalle”, señaló en referencia a la doctrina de seguridad que pregona el gobierno de Macri y que impuso tras la defensa al policía Luis Chocobar, quien baleó por la espalda a un joven de 18 años en Avellaneda.
En otro pasaje de la entrevista, se refirió a la supuesta lucha contra la corrupción que encabezan algunos jueces. “La corrupción pareciera ser solo del Estado, sobre todo cuando está en manos de los populistas y entonces dicen que hay que achicarlo, lo que garantiza no solo la impunidad de una corrupción sistémica mucho mayor sino también la virginidad moral del no estado”, completó el juez de la CIDH. En contraposición, agregó que los casos de privados no corren la misma suerte porque “quien está más cerca del poder es más impune y hoy éste está del lado del poder trasnacional”.
Al ser consultado sobre las sociedades offshore, que según algunos funcionarios locales no revisten “un delito” y son más bien “cajas de seguridad”, Zaffaroni aseguró que aún no se lo define como tal porque “el poder no lo quiere”. “Tenemos refugios fiscales pero todos sabemos que va la gran corrupción y la gran evasión fiscal. Es un instrumento de blanqueo de dinero o bien de evasión. Desde el punto de vista estructural, este totalitarismo corporativo transnacional comete macroestafas. Que no esté criminalizado es una cosa, pero que no sea delito tengo mis dudas. No está criminalizado porque es un delito del poder”, subrayó.
Zaffaroni también sentó su posición respecto al debate por la legalización del aborto. El ex juez de la Corte Suprema, destacó que “hay que sacarlo de la clandestinidad para poder prevenirlo y así por extensión prevenir la muerte de mujeres que no tienen acceso”. Si bien se sumó a las críticas contra el Gobierno por considerar que permitió la discusión “para desviar la atención de los problemas económicos”, celebró el debate y resaltó que “ hay que hacer una política de reducción de daños y no se puede llevar a cabo si mantenemos el aborto en la clandestinidad”.
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