Así como la leche que quema y la vaca vista, podría sintetizarse que el argentino que ve a Cavallo llora. En efecto, Juan Domingo Cavallo, el economista ilustre de los años 90 que terminaron en la peor crisis económica de la historia argentina (2001), no sólo sale por estos días a publicitar un nuevo libro de su autoría (Historia económica de la Argentina) sino que se reunió con Macri a modo de asesoramiento.
Voceros de uno y otro (Cavallo y Macri) niegan el encuentro pero circulan, desde la City hacia el periodismo especializado, hasta algunos pormenores de los consejos cavallianos en medio de otra corrida cambiaria que obligó al Banco Central a vender u$s 3000 millones (en dos días) para que la cotización del dólar no explotara sobre un colchón de impericia administrativa, persistente inflación (25%) y profundos déficits fiscal y comercial.
Algunas directrices de Cavallo (las que permitieron filtrar) apuntaron a conceptos de management o conducción política. En ese marco fue atacada la falta de coordinación del equipo económico y defendida la idea de unificación de los ministerios de Hacienda y Finanzas bajo un nuevo titular (ni Dujovne ni Caputo) sostenido por un sólido equipo técnico.
Según Cavallo, las diferencias internas del equipo económico actual hacen que se debatan las medidas durante meses y más tarde se terminen haciendo a medias, lo que provoca un atraso en lo que el mentor del 2001 cree es el proceso de normalización de la economía argentina.
Más allá de los rumores, las confirmaciones y los temores provocados por la aparición de esta imagen calva (Cavallo), se sabe que el mes que viene se concretará la próxima reunión del denominado G30 en Buenos Aires. Ese grupo, que reúne a banqueros, ex presidentes de bancos centrales y ex ministros de economía de los países más poderosos del mundo, es presidido por el ex titular de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Paul Volcker, que terminó con la inflación en el gobierno de Ronald Reagan. El único argentino miembro del G30 es Cavallo, que estará presente en la reunión porteña del grupo y como el anfitrión será Sturzenegger, el economista del desastre debió estar en contacto con la administración macrista.
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