Otro aumento de la nafta: 6%.


Tal como anunciáramos aquí, después del primer aumento de combustibles en un 6% en el mes de enero, bajo la promesa cumplida del gobierno macrista, hoy, a 60 días, volvieron a subir los precios de los combustibles otro 6% y la nafta súper en YPF pasó de $13,80 a $14,64.

"Para entender el negocio petrolero hay que distinguir entre el upstream, la extracción del crudo, y el downstream, que incluye desde la refinación hasta la venta al consumidor final, que le compra el petróleo en dólares", explica un especialista en el sector. Sería lógico suponer entonces que, con el bajo precio del petróleo en el mundo, que actualmente oscila entorno a los 38 dólares por barril, las naftas también se abaratarían.

Pero en Argentina, "los combustibles tienen otra dinámica, se mueven entorno a un precio local, el del barril criollo", agregó el especialista. Es que el upstream está subsidiado y el gobierno garantiza que el precio de venta del barril de crudo en el mercado interno no baje de los 54,90 dólares.

Se dieron dos movimientos en sentido inverso que impactaron en el precio de las naftas. En primer lugar, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, para cuando el barril de crudo caía debajo de los 35 dólares, renegoció el subsidio que antes garantizaba el precio entorno a los 77 dólares a nuevos precios que van de los 54,90 a los 63,50 dólares según el origen del crudo. Esto implica una baja del 23% para el precio al que el downstream recibe su principal insumo.

Sin embargo, esta baja se vio más que compensada por la suba del 58,5% del dólar desde la apertura del cepo el 17 de diciembre de 2015. Por eso, las naftas en los primeros días de enero subieron un 6% con un compromiso de nuevas subas, de modo tal que el impacto de la suba del dólar no pegara de lleno en el precio de los combustibles y habían adelantado otro 10% de aumento para marzo.

Sin embargo, marzo llegó con alta inflación y contracción de la economía, por eso el Gobierno solo convalidó otro 6% de aumento. Así, en el Gobierno dejaron abierta la posibilidad de una nueva revisión del precio de las naftas en función de cómo evolucione la inflación, que desde luego también impacta en los costos del downstream, y de qué suceda con el tipo de cambio.

De momento, para las petroleras, la nafta argentina que hasta diciembre era una de las más caras del mundo a 1,32 dólares por litro, pasó a valer 0,94 dólares. No obstante, en dos meses subió un 12,53% en pesos y eso tiene un impacto inflacionario.

"Esto trae más inflación de costos que inexorablemente se va a trasladar a precios. En este contexto es un cocktail explosivo que desalienta la inversión, sube los precios del transporte de la cosecha y los productos regionales y promueve la estanflación" agregó el especialista.

En coincidencia, Héctor Polino, presidente de la asociación Consumidores Libres dijo a Radio 10 que "en un país como Argentina donde el 90% del transporte de cargas se realiza a través del camión, todo aumento de combustibles y de peajes repercute en los costos" y por ende, esta suba se espera que impacte en los precios junto con los aumentos a los peajes y a las tarifas de luz y gas.

¿Y por qué subir el precio si en dólares es del doble que en Estados Unidos?

La posición de YPF está apretada por deudas a altas tasas, pese a llevarse cerca del 70% de los subsidios, que Aranguren acaba de reducir.

Más del 55% del mercado de naftas lo maneja la petrolera nacional. La suba de los insumos para el downstream, que es su costo principal, en realidad es una suba de ingresos para el upstream, por lo que esos movimientos no afectan al grueso de las operaciones de YPF. Lo que le da margen de ganancias es la suba del precio de venta de sus bienes finales, explicó a LPO un especialista.

En 2015, la petrolera de bandera tuvo una contracción de 16% en sus utilidades en dólares. "Solo en el último trimestre de 2015 perdió 1.700 millones de pesos". Por eso, en los que respecta a sus operaciones para el mercado externo necesitó suspenderlas. Y en el mercado interno, necesita una suba de precios con los que compensar el impacto de la devaluación que generó la baja de sus precios finales en dólares y dificulta su situación financiera.

Las demás empresas del sector downstream también necesitan aire. Con la combinación de baja del precio del barril criollo y la devaluación, el precio al que compran el barril de petróleo subió cerca del 35%. Por eso, el ex CEO de Shell, el ministro Aranguren, estaba hablando con sus antiguos colegas de una suba del 10%; pero el impacto inflacionario es peligroso y obligó a rever la suma. Por ahora es otro 6%.

FUENTE: LAPOLITICAONLINE

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