Fray Luis Beltrán, el primer pueblo fantasma del macrismo.


La quita de retenciones a las mineras provocó que la única fábrica del barrio cierre sus puertas, dejando a más de mil familias en la calle y a la intendencia fundida.

La semana pasada contamos sobre el cierre de Ar Zinc, la única empresa que produce ácido sulfúrico en el país. Menos de tres meses tuvieron que pasar para que las consecuencias de las medidas económicas adoptadas por el gobierno de Macri se hicieran notar: Fray Luis Beltrán, un pequeño pueblo de 20 mil habitantes ubicado a poco más de 30 kilómetros de Rosario, está paralizado, la preocupación crece y el fantasma del vaciamiento sufrido allí en la década de los noventa vuelve a latir con fuerza.

Porque Ar-Zinc no sólo es la única productora argentina de ácido sulfúrico sino que es la única fábrica del barrio y, en diciembre (2015) decidió cerrar sus puertas "en forma momentánea" por un problema "técnico", lo que a los pocos días se transformó en el anuncio de cierre definitivo y el despido de sus más de 400 empleados, más otros 500 que se estima también perderán su fuente laboral en forma indirecta al trabajar como proveedores de la misma.

Ar-Zinc, propiedad del grupo Glencore, es una de las pocas fabricantes en el planeta de ácido sulfúrico y zinc electrolítico, junto a otras dos fábricas en Brasil y España, y, según aseguraron sus propios operarios y trabajadores, presentan ganancias multimillonarias anualmente, al punto tal que, previo a las elecciones, los directivos de la compañía se encontraban negociando para que los obreros no se tomaran vacaciones hasta junio o julio para así poder satisfacer la intensa demanda de trabajo.

Sin embargo, tras la asunción de Macri, las cosas comenzaron a cambiar: en diciembre la empresa comenzó a otorgar licencias con goce de sueldo a los empleados aduciendo que se había averiado un horno de producción, y, luego, ya con la confirmación de la quita de retenciones a las empresas mineras, anunció el cierre definitivo de la planta y alegó encontrarse en situación de crisis ante el ministerio de Trabajo que dirige Jorge Triaca.



Si bien desde Glencore aducen pérdidas incalculables y la ruptura de una herramienta clave para la producción del material para justificar el cierre de la única fábrica del barrio, la quita de retenciones a las empresas mineras por parte del Gobierno PRO no parece ser un dato menor: la materia prima para la fabricación del zinc y del ácido sulfúrico que utiliza Ar-Zinc es adquirida a Minera Aguilar, otra empresa perteneciente a la firma Glencore.

Con la eliminación de las retenciones mineras que aplicó el gobierno, a la empresa le resulta ampliamente más atractivo y rentable exportar el metal en crudo que procesarlo en Rosario como lo hacía hasta hace unos meses, antes de la "ruptura del horno" y del triunfo de la Alianza Cambiemos.

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