Gabriela Michetti no se destaca por su ortografía ni sus conocimientos constitucionales ni tampoco por asiduas concurrencias a las cámaras legislativas. Sus multiplicadas ausencias desde su inicio en la política y con la consideracón que su partido (PRO) tiene de ella, se ve claramente otro cariz de quienes gobiernan hoy Argentina.
Luego del ballotage que la consagrara vicepresidenta, Michetti y todo el equipo PRO omitieron presentar la renuncia a su banca de senadora. Si bien el día anterior a la jura hubo sesión, fiel a su costumbre, Michetti no asistió por lo que el viernes 11 de febrero (2016) tuvo el inédito privilegio de llamar a votar su propia renuncia.
Oportunamente se le había avisado a la vicepresidenta que no podía jurar a su nuevo cargo por seguir siendo senadora, pero al mejor estilo Cambiemos ella juró igual, y durante 60 días tuvimos una vicepresidenta con doble cargo hasta que el 13.02.2016 el ex presidente Pinedo tuvo que solicitar la aprobación de la renuncia de Michetti a su banca.
Luego, como para evitar dudas sobre su inoperancia, Michetti solicitó a viva voz “votar el ingreso de los pliegos de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz a mano alzada”, cosa que Juan Pedro Tunessi (secretario parlamentario) tuvo que objetar y explicarle que el ingreso de pliegos no se vota.
La asesora parlamentaria de Michetti es su prima (kinesióloga) María Alejandra Illia (Legajo 23.87) recategorizada el 1 de febrero a A4 ($45.000 mensuales) con retroactividad al 10 de diciembre de 2015.
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