Aumentan las naftas en enero, marzo y julio.


LOS ANUNCIOS FANTASMA

Si bien aparecen fotos de Antonia, de grupos de trabajo, de reposeras y de helicópteros, esta vez no apareció ninguna foto ni tampoco funcionario alguno que saliera a dar anuncios.

La noticia la dieron, a coro, Clarín y La Nación: “Las naftas suben un 6% desde mañana”. No podemos saber qué funcionario informó sobre el aumento ni a quién se lo dijo pero sí nos enteramos de que, además, se prevé otro aumento similar en marzo y otro más hacia julio.

En efecto, la cantidad de precisiones o alertas es inversamente proporcional a las identidades de la fuente.

Ud. ciudadano podrá pensar en la básica estrategia comunicacional de dar noticias crudas y multiplicadas de un solo golpe para, acaso, demostrar decisión, firmeza, rigor y poder. Si piensa esto es que está sobrevalorando el interés y la atención que usted le merece al gobierno.

Bien por el contrario. A usted quizá lo estén protegiendo indirectamente al ocultarle que la carrera inflacionaria de los combustibles tiene meta en los $ 20 por litro. No entienda los anuncios de aumentos en doblete o tripleta como enviados desde el firme rigor gubernamental. No. Entiéndalos como una manera impersonal y diplomática de comunicación que sólo tiende a poner las cosas en su lugar.

La explicación que brindan Clarín y La Nación es que NN (alguien) atribuye el incremento en los importes a la devaluación (ellos la llaman “fin de cepo”), ya que el petróleo crudo que las empresas convierten en combustible está valuado en dólares y por ello se encarece su precio.

En la búsqueda de alguna fuente, el único funcionario que salió a hablar del asunto fue Luis Malchiodi, empresario y presidente de la Federación de Entidades de Combustible (Fecoba), que intentó responder a una nota de Radio Belgrano.

Durante la entrevista el empresario aseguró que Fecoba fue "un poco espectadora" del aumento acordado entre el Gobierno y las petroleras. "Nos anoticiamos de madrugada y no hemos tenido participación en el aumento", dijo y reconoció que "si bien sabíamos que esto iba a ocurrir por la salida del cepo, esperamos que se resuelva con sabiduría, porque no deja de ser un problema para los consumidores y nosotros mismos".

Cuando se le preguntó si a los aumentos previstos para mañana y en marzo se podría agregar otro, contestó: "Podría llegar a haber, depende de lo que ocurra en el país con el proceso inflacionario". "Esperemos que la decisión que tomen sea acertada y que el aumento no sea tan grave como se había anunciado, se modere y haya un gradualismo". Y por ahí, en una de esas, acaso llueva.

La realidad es que el plan de aumentos que hoy se anuncia sin fuente personal, como la mayoría de las medidas económicas del gobierno macrista, está diseñado y terminado desde antes de la misma asunción presidencial y que en las reuniones concretadas durante diciembre sólo se debatió el modo y la periodicidad de los aumentos. Oil y Shell van con tapones de punta por el aumento inmediato mientras el gobierno sólo pedía que no haya aumentos durante el primer trimestre pero… ¿quién es el gobierno?

En definitiva lo único importante es no reducir el margen de comercialización ¿está claro?

El 28 de diciembre se reunieron funcionarios que responden al ministro de Energía, Juan José Aranguren, con un reducido grupo de empresarios petroleros. Participó de la conversación el secretario de Combustibles, José Luis Sureda, que a principios de este año dejó Pan American Energy (PAE), la compañía en la que son socios la británica BP, la china Cnooc y los hermanos Carlos y Alejandro Bulgheroni.

Otras dos compañías participaron del encuentro: Axion, compuesta también por los Bulgheroni y la empresa asiática, pero sin la participación de BP, y Shell, la petrolera que condujo el ahora ministro hasta junio de este año. En su representación estuvo Teófilo Lacroze, el nuevo presidente de la empresa en el país, es decir, el sucesor de Aranguren.

Por el lado de YPF participó Carlos Alfonsi, vicepresidente de Downstream de la petrolera estatal y el hombre encargado de negociar temas de precios por la empresa que maneja Miguel Galuccio.

La devaluación trastocó la economía del sector. Las refinadoras pagan la materia prima, el petróleo, en pesos, pero con valores atados al tipo de cambio, por lo que ahora necesitan más billetes para hacer frente a la misma cantidad de producto que antes.

El equipo de Energía espera que la cadena del petróleo se reparta los costos de la devaluación en partes iguales, por dos motivos: por un lado, los valores locales del petróleo están muy por encima de las referencias internacionales, y el margen de refinación se encuentra en récords históricos.

El ahora ministro Aranguren sufrió en carne propia el boicot de Néstor Kirchner en 2005 tras un aumento de precios que ordenó Shell y ahora se encontró, del otro lado del mostrador, pidiendo a sus colegas que retrasen los aumentos. Es cierto que en este ámbito y tipo de gobierno las formas son casi tan importantes como los contenidos (?). Y las formas (y los contenidos) de Aranguren son bien distintas a las de Néstor Kirchner: lejos de una imposición, el funcionario reconoció que no puede obligar a las empresas a no aumentar los precios. No, por favor, faltaba más. Pase ud.

Sepa estimado lector que un elemento fundamental en la puja inflacionaria será la evolución del precio de los combustibles. En ese sentido, una semana después de la asunción de Macri, Manuel García (presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes), sostuvo que para alcanzar el precio en dólares anterior a la devaluación, ubicado en USD 1,40, el precio de la nafta debería ubicarse en torno a los $20.

"Antes de la devaluación las compañías petroleras y el Estado se llevaban 1,4 dólares por cada litro. Con los nuevos precios, son 90 centavos por litro. Es decir que hay 50 centavos de diferencia. Multiplicados por los 20.000 millones de litros que se consumen en el país anualmente, son 10.000 millones de dólares. ¿Usted cree que el Estado y los empresarios van a resignar esa rentabilidad?", afirmó García en diálogo con Radio La Red, y añadió que "el litro de nafta a $20 va a hacer estragos en el bolsillo de la gente".

Unos días después (23.12.2015), el presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA), Carlos Gold, advirtió que si se traslada el 40% de la devaluación "va a sufrir el bolsillo de la gente y va a generar una crisis importante en la economía".

También habló el secretario de CECHA, Oscar Díaz, para recordar que "este año (2015) los costos operativos se han incrementado más del doble que el precio de los combustibles y esto ha afectado seriamente la rentabilidad del sector". Díaz exigió "preservar el margen comercial o la comisión del expendio" y también recordó que "desde el 2013 el sector perdió 2.000 estaciones de servicio que debieron cerrar porque perdieron rentabilidad". Propuso que el sistema de comercialización "se corresponda con sus costos operativos de las estaciones de servicio y se manejen los precios dentro del contexto del mercado".

En definitva, amigo lector, las principales empresas expendedoras de combustible aplicarán desde mañana (06.01.2016) el mayor aumento en dos años. Los precios de las naftas y el gasoil subirán un 6 %. La súper pasa de $13 a $13.79, en marzo habrá un nuevo incremento y en invierno otro tanto. Como es sabido, el aumento de combustibles siempre se traslada a infinidad de productos de consumo masivo que para su producción, distribución y comercialización cuentan entre sus costos precisamente a las naftas y el gasoil. Es decir que estos aumentos, por su propia naturaleza, contribuirán a una mayor inflación.

Pero no hay funcionario que salga a decírselo y que se anime a herir susceptibilidades en el gobierno de la alegría, la unión de los argentinos y la lucha contra?

Comentarios