Macri es pobreza.


Los feriados de Semana Santa (2018) llegaron en modo XL sumados al triste 2 de abril malvinense de modo tal que, concatenados, los feriados y el último fin de semana de marzo trajeron jueves, viernes, sábado, domingo y lunes como días no laborables, un verdadero paréntesis en la rutina argentina, un profundo paréntesis licuador de (malas) noticias.

La víspera de este feriado XL fue tomado por la usina mediática del gobierno PRO para derramar su licuado y seguir confundiendo y engañando a la ciudadanía.

Las noticias no eran positivas para ella (la ciudadanía) y el trabajo de la usina consistió en camuflar, tergiversar e inventar datos que las repetidoras mediáticas plasman en la opinión pública: el licuado.

La cara del ministro Aranguren volvió a los medios después de largos meses de ausencia recomendada por el grupo de marketing del gobierno. Otra vez el mismo ministro, plagado de conflictos de intereses y orgulloso de ejecutar salvajes ajustes tarifarios, salió a anunciar aumentos que, ahora, llegan al 40% de la tarifa de gas que se suman al 45% aumentado hace apenas tres meses. Allí se lee que, por ejemplo, los hogares de menor consumo sufren mayores aumentos, que la garrafa social de gas aumenta otro 16,75% ($216) y que el GNC aumenta un 15% promedio.


En el mismo día, principio de abril, el boleto promedio de colectivos aumenta 11,7% (de $8,50 a $9,50), y los boletos de tren otro 12% (de $8 a $9), en ambos casos un aumento del 50% en el valor que boletos de trenes y colectivos tenían en enero (hace 3 meses). Se trata del segundo aumento del transporte público en lo que va del año (3 meses), aumentos que se suceden después de suspender su aplicación durante el tiempo eleccionario de 2017.

No es todo. También comienza a regir un nuevo cuadro tarifario para las autopistas porteñas administradas por AUSA, lo que marca un incremento promedio del 13,4%.

El mismo día del anuncio del tarifazo de gas, la usina mediática salió a publicar un dato que, en boca de Macri, suena aún más inverosímil: la baja del índice de pobreza.

Aunque no pueda creerse, la usina mediática coucheó a Macri para que salga a contar esta historia memorizando porcentajes a ceño fruncido (aún le cuesta aunque haya mejorado en su cinismo público). Inmediatamente el monopolio mediático salió a reproducir los números bajo títulos catástrofe de “alegría”.


“En el último año la pobreza urbana se redujo de 30,3% a 25,7%”, escriben en Clarín, copiando las historias numéricas que reparte el INDEC Pro. Además acompañan el relato con aumentos de actividad económica y caída de desempleo, títulos que según Macri “dan esperanza” y reafirman el rumbo tomado (?).

Tras la difusión de los datos del Indec, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, celebró vía Twitter que “2,7 millones de argentinos salieron de la pobreza en los últimos dos años. Falta mucho pero vamos por el buen camino. Lo estamos haciendo juntos”.

Fue muy triste escuchar radios en las que periodistas devenidos en estadísticos de urgencia, intentaban explicar a la ciudadanía que esos índices son, cuanto menos, engañosos. En efecto, los índices que publica el INDEC son temerariamente falsos (desde el 32% inventado luego de cerrar por 6 meses el organismo). Pero el gobierno PRO, sabio lector de la desinformación ciudadana, arrasa con su brazo mediático multiplicando títulos y no explicaciones.

Entonces diarios como El País (España) pueden salir a publicar que:

“A una buena noticia le sigue otra mala, y viceversa. Hoy hubo un buen ejemplo de ello. El Indec, la oficina que elabora las estadísticas oficiales, difundió una bajada de la pobreza hasta el 25,7% de la población durante el segundo semestre de 2017, casi cinco puntos en un año y aún más lejos de aquel 32,2% que en septiembre de 2016 que el Presidente consideró el hito desde donde debería ser evaluada su gestión. Macri se refirió a la nueva cifra y la consideró una evidencia del éxito de su modelo económico. Pero fue una celebración a medias: horas antes, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, había anunciado un aumento de entre un 28% y un 40% en el costo del gas que consumen los hogares. Desde diciembre, la boleta se duplicó, un duro golpe a la batalla que Macri libra contra la inflación”.

Una buena y una mala. Una de cal y una de arena. No es fácil corregir un rumbo que, sin escalas, se dirigía en picada a Venezuela.


Pero esto no es todo.

En la víspera del paréntesis feriado, mientras se suceden los aumentos en servicios públicos, transportes, GNC y autopistas que llevan la inflación a un 9% acumulado a abril cuando el gobierno estipuló 15% para todo el año, la ciudadanía puede saber que Macri se toma su tercer período de vacaciones en lo que va del año (2018), de tal modo que en apenas tres meses se contabiliza 1 aumento de gas, 2 aumentos de transportes y 3 vacaciones presidenciales.

Luego, la aparición pública de Aranguren (ministro de energía) hizo que el periodismo lo abordara con algunas preguntas (como para desacartonar anuncios pesimistas).

El funcionario ratificó que todavía tiene sus millonarios ahorros en Estados Unidos y sostuvo que tanto él como los otros miembros del Gobierno regresarán sus fondos “a medida que recuperemos la confianza en la Argentina", sin dejar de aclarar que se trata de “decisiones personales”.

“A medida que recuperemos la confianza en la Argentina regresaremos el dinero", añadió y vinculó su decisión de mantener sus fondos en el extranjero con “la confianza que hemos perdido en la Argentina” y que, evidentemente, después de 2 años de gobierno, no recuperaron.


Alejandro Carnero.

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