Marcha 1A a Plaza de Mayo a favor del gobierno


El departamento de marketing del gobierno PRO logró fotos de impacto para seguir en la pelea por “la calle” o, al menos, “la plaza”. Terminó un marzo que rebalsó 6 plazas contra las políticas socioeconómicas dirigidas por la gestión Macri y, desde las usinas PRO, salieron a convocar por una Plaza de Mayo oficial a fin de contrarrestar la imagen de debilidad popular que atosiga y desvela a los CEOS estatales.


El trabajo del ejército troll comandado por Marcos Peña, de los intendentes y funcionarios de bajas líneas, fue muy intenso durante los conflictivos días de marzo. Operaciones de prensa, mensajes de falsa filtración whatsapp, falsos oyentes radiales, miles de mensajes en redes sociales. Pero la correlación hacia la tradicional movilización física no tenía garantías. Por eso, el mismo Jefe de Gabinete salió a twittear que la convocatoria no era oficial, que el gobierno nada tuvo que ver. En sintonía, como siempre, los operadores públicos (Clarín, La Nación, repetidoras y satélites) también salieron a abrir el paraguas mientras el ejército troll siguió fogoneando la concentración hasta el mismo horario de la cita.


Propios y extraños quedaron sorprendidos. No sólo el gobierno PRO percibió el poder del blindaje mediático del que aún goza. Fue a jugar de visitante, a pelear en el denostado y viejo terreno político del peronismo, salió a la calle. Y logró la foto, el efecto.


Más allá de que este hecho inédito cambia o reconfirma sustancialmente un nuevo mapa sociológico de opinión pública, el reconocimiento del propio poder convocante no siempre juega a favor y, acaso, hace al gobierno aún más dependiente de los medios de prensa.

Unidos por el espanto (al kirchnerismo), gobierno y prensa ensayan altos márgenes de tolerancia que traen este tipo de victorias mediáticas. Lógicamente, al tratarse de golpes efectistas, el tiempo no es aliado en sus planes de permanencia.


Así, mientras las palabras de Eugenio Zaffaroni referidas a la necesidad de regular constitucionalmente el poder y la diversificación de la prensa queden en declaración de intenciones, se entiende el comportamiento político de Cristina Kirchner, intentando poner nombres distintos a la defensa nacional y popular. “Frente Ciudadano” o “Grupo X” deben encabezar un movimiento que, de llevar una letra K en su nombre será inmediatamente cooptado por la usurpada justicia PRO-Clarín.

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