La inversión extranjera directa en Argentina cayó 64% entre 2015 y 2016.


Argentina fue el segundo país que menos inversiones reales recibió en 2016. La liberación del cepo magnificó la caída.

La Comisión Económica para América Latina (Cepal) informó esta semana que durante 2016 ingresaron 4.229 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED) en el país, un 64% menos que en 2015. Este descenso lideró las caídas de la región, seguido por Chile, que perdió el 40,3% del flujo de inversiones reales.

"Hasta fines de 2015 existían distintas restricciones a la repatriación de fondos que tendían a sobredimensionar los flujos de IED asociados a la reinversión de utilidades. La eliminación de esas restricciones por parte del nuevo Gobierno redundó en una caída de la reinversión de utilidades en 2016", explicó la Cepal en su informe, a la vez que destacó que esta salida de capitales también obedeció al pago de dividendos adeudados a las filiales centrales de las empresas extranjeras.

"La caída de la reinversión de utilidades y la cancelación de deudas con casas matrices y filiales compensaron con creces la entrada de nuevos capitales, que experimentó un notable aumento respecto del año anterior (un 177%, con un total de 3.649 millones de dólares)", destacó el documento de la organismo que depende de la ONU.

Aun así, Argentina estuvo al fondo de la tabla de receptores de IED de la región solo por encima de Ecuador y sustancialmente por debajo de los demás países del Cono Sur. Uruguay prácticamente duplicó la recepción de inversiones para la economía real, pese a tener un PBI sustancialmente menor. Chile, pese a la fuerte caída, triplicó el volumen con 12.225 millones de dólares. Mientras que Brasil, pese a la crisis, lideró el volumen de IED recibida.

En el análisis del flujo mundial de inversiones aplicadas a la economía real, "América Latina y el Caribe ha recibido una proporción de IED relativamente mayor en relación con el PIB, lo que da cuenta de la importancia relativa que han tenido las empresas transnacionales para las economías de la región. Los flujos de IED recibidos representaron el 3,6% del PIB, mientras que en el promedio mundial este porcentaje ascendió al 2,5% (UNCTAD, 2015)", describió el informe.



"En algunas economías que han impulsado el ingreso de la IED en su estrategia de desarrollo -como Chile y Panamá-, esta alcanzó un peso relativo mayor sobre el PIB (un 4,9% y un 9,4%, respectivamente). Con un 4,4%, el Brasil tuvo una participación de la IED en el PIB mayor que otras economías emergentes que son importantes receptoras de este tipo de inversión, como China o la India, donde la proporción de IED sobre el PIB fue del 1,2% y el 2%, respectivamente", agregó el reporte que lleva la firma de Alicia Bárcena, la directora ejecutiva de la Cepal.

Dentro de las operaciones de IED en Argentina, la Cepal destacó que "El volumen de fusiones y adquisiciones transfronterizas, en cambio, aumentó de forma sustancial al pasar de un total inferior a 200 millones de dólares en 2015 a 2.000 millones de dólares en 2016", des los cuales la compra del 68% Telecom Argentina por parte de Fintech Telecom LLC y la adquisición de Telefé por parte de la empresa estadounidense Viacom Inc. fueron las principales operaciones.

"El panorama de IED podría comenzar a arrojar resultados positivos si las inversiones anunciadas durante 2016 efectivamente se concretan. En 2016 se rompió la tendencia decreciente del número y monto de inversiones anunciadas que había comenzado en 2012 y se alcanzó un récord estimado en 12.000 millones de dólares. La industria automotriz, las centrales eléctricas, la producción de litio y las telecomunicaciones lideraron los anuncios con un 58% del monto total", recomendó Bárcena.

Varias de las inversiones están retrasadas por cuestiones administrativas, pero la macroeconomía y el marco fiscal también generan dudas: "Los fondos de inversión que invierten en economías como la nuestra participan del mercado de deuda y comprando empresas, esto es Argentina es prácticamente nulo", relató un empresario.

El impuesto a las ganancias de las empresas extranjeras que compren acciones, recientemente suspendido por seis meses por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, complica desalienta la recepción de fondos para la inversión en acciones.

"En Brasil creció la inversión en equity, pero acá falta confianza en la macro", explicaron.

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