MACRIVACACIONES. 2017: La peor temporada estival en 20 años.


Hemos caminado las playas de Pinamar, Valeria del Mar, Ostende, Villa Gesell, Mar de las Pampas, Las Gaviotas, Mar Azul, Santa Teresita y Mar del Tuyú durante la primera quincena de enero (2017). Hemos visto de qué se tratan las llamadas "macrivacaciones", aquellas microvacaciones en muy deterioradas condiciones que dejan las ciudades costeras a mitad de ocupación.

De eso se trata. La llegada de turistas a la costa argentina se redujo de manera abrupta y, según el ya conocido optimismo PRO, se trataría de que "ya va a levantar" o de que "el pico es la segunda quincena de enero".

La realidad es que los destinos turísticos del mercado interno atraviesan la peor temporada de los últimos años. El aumento de la brecha que propició el gobierno PRO atacó la industria turística por dos flancos: una clase empobrecida que ya no armó valijas ni bolsos y una clase más alta que pretende precios más bajos en países limítrofes.

Las familias impedidas de vacacionar dejaron las rutas mucho más fluídas, las playas más transitables y los hoteles vacíos. La ocupación hotelera en ciudades tradicionales de la costa como Mar del Plata se encuentra al 50%. Al poco consumo, se le suma la baja llegada de turistas.

En Mar del Plata el 48% de las habitaciones quedaron sin ocupar el fin de semana de navidad, el 30% en Año Nuevo y más de 40% en la primera quincena de enero. El resto de las ciudades costeras anotó niveles similares. Ese es el período fuerte de la temporada.El consumo en los balnearios es muy austero, con familias que no salen a comer afuera ni compran regalos. Y muchos de los turistas sólo permanecen en la costa argentina por un fin de semana.

“El consumo en la costa argentina se hace a cuenta gotas. La gente no sale a comer y mucho menos gasta en regalos. Capaz se fija un poco más en la calidad del hospedaje. Pero los turistas se están arreglando con lo que pueden. Tratan de pasar el mediodía con comidas rápidas en la playa para gastar menos. Son conductas típicas de familias que están en plan de ahorrar o mejor dicho llegar a fin de mes sin la soga al cuello”, dijo Vicente Lourenzo, de Came, entidad que agrupa a medianos comerciantes.

De manera idéntica a la década de los ´90, la clase que no se priva de vacaciones encuentra que los precios en gastronomía, hotelería e indumentaria se ubican muy por encima de los registrados en la región (continental). Se estima que viajarán a Brasil 1,5 millones de argentinos en toda la temporada aprovechando la ventaja cambiaria mientras que la cola para cruzar la frontera a Chile supera los 7 kilómetros y Punta del Este registra la mejor temporada desde mediados de los ´90. En el sector aseguran que, con este dólar a 16 pesos, el turista argentino no lo duda y se va a una plaza del exterior.

El incremento de los precios internos en los últimos meses, con suba del 41%, cuando en el resto de la región la inflación fue menor al 10, generó incentivos para ir de vacaciones al exterior. “Mucha gente a la hora de hacer turismo prefirió irse a Brasil, Chile, México o Uruguay. Punta del Este está teniendo la mejor temporada en 20 años y las playas brasileñas están invadidas de argentinos, tanto las del norte como las del sur. Brasil es la principal competencia para los destinos locales. No porque ellos están baratos sino porque nosotros estamos caros. En Villa Gesell una noche en un hotel 3 estrellas tiene un valor de 150 dólares y en Brasil ronda los 105” - dice Lourenzo - “el turismo es muy especulativo. Mira y compara precios. Se fija cuánto sale ir a Pinamar, cuánto a Florianópolis, y no lo duda. El problema es que la familia que se va a Brasil deja de gastar en la costa local. A principio de año había consumo postergado en el mercado interno, porque a la gente no le alcanzaba la plata. Pero ahora que hay unos pesos más en el bolsillo en lugar de consumirse acá se esta gastando afuera. Encima vuelve del viaje y de nuevo se quedó sin plata”

El titular de la Cámara Argentina de Turismo, Oscar Ghezzi, estudia los efectos cambiarios y de consumo para explicar la pobre temporada argentina. Por ejemplo, en Chile la indumentaria y los productos de electrónica son por lo menos un 30% más baratos que en la Argentina. Ghezzi reconoce que en tiempos del gobierno anterior, incluso con las restricciones al dólar, se viajaba más: “los países de la región están recibiendo a muchos argentinos. Tenemos el hábito de viajar y nos damos ese gusto, incluso cuando se pusieron medidas como el impuesto del 35% al dólar turista..."

Para algunos productos la diferencia de precios en los negocios chilenos respecto de los argentinos alcanza a duplicarse. Un televisor smart de primera marca se consigue en Chile a 8000 pesos argentinos, cuando en la Argentina se vende a 19.000 pesos. Celulares de último modelo cotizan entre 4000 y 6000 pesos, contra los 8000 del mercado local. En las zapatillas y la ropa deportiva de primera marca también hay una diferencia de más del 50%. En la Cámara de Comercio chilena informaron que las compras con tarjeta de crédito de argentinos subieron 120% en doce meses. En 2016 más de 2 millones de argentinos fueron a Chile. El promedio de ingreso diarios ascendió a los 7957 individuos, un 50% más que en 2015.

Brasil es otro destino de compras para los turistas argentinos. En algunos artículos de electrónica e indumentaria los precios de Argentina son hasta 200 por ciento más elevados en relación con los del principal socio comercial del país. Embratur, organismo regulador del turismo brasileño, registró que este verano ya ingresó 25% más de argentinos respecto del año pasado. Agencias de turismo locales indican que Río de Janeiro lidera el destino de viajes, en una lista en la que siguen La Habana, Cancún, Miami y Santiago de Chile.

Pero volviendo a Argentina, a la pálida costa argentina, también tenemos entre los macrivacacionantes, aquellos que se escaparon para comer un sandwich de milanesa fría con arena en una playa corroída de viento y amenazas de tormenta (porque mañana me voy), también encontramos otro tipo de novedades.

En Mar del Tuyú se venden garrafas de Chile, país que no produce gas y que, gracias a las gestiones del actual Ministro de Energía Juan José Aranguren, se lo vende a Argentina envasado y transportado por Shell (por supuesto más caro que lo que Argentina pagaba el gas a Bolivia).

La temporada argentina también se colorea con datos de color. Mientras el sur de Santa Fe se inunda como nunca, y el norte de la provincia de Buenos Aires desborda de agua, la gobernadora María Eugenia Vidal está de vacaciones en Playa del Carmen (México).

Comentarios

  1. Acá en Mar del Plata, la temporada es de mala a muy mala; Un poco peor que la anterior que fue Mala.
    Poca gente (alguna poca más los finde) y con POCO gasto EN TODO.
    Se respira un "aroma triste" caminando las calles. TODO MUY APAGADO.
    Si esto no mejora (y hay poca esperanza) El invierno será de terror en la capital del desempleo.
    TODOS los días los Argentinos podemos comprobar...¡QUE VIVÍMOS PEOR!....Y esto no es una opinión, ES UNA REALIDAD.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario