"Argentina es gran productora de alimentos. Tenemos la capacidad para abastecer a más de 400 millones de personas..." decía, hace menos de un año, la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, "alimentos hay, lo que le falta a mucha gente es dinero para poder acceder a ellos."
CFK lo dijo en Roma al recibir una distinción de la sede de la oficina de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) en reconocimiento a las políticas públicas del país por mantener los niveles de desnutrición en cifras "estadísticamente insignificantes por debajo del 5%".
A menos de un año, gobierno PRO mediante, ya se vive en Argentina un desguace descomunal. Al monopolio mediático afín y al apagón estadístico que impuso el mismo gobierno que disparó los tarifazos y la inflación como nunca nadie lo hizo en la historia argentina, investigadores y periodistas se vuelcan hacia medios y estadísticas de países vecinos para tomar un marco de referencia imposible de trazar localmente.
Aquí vimos como, con ese tipo de análisis comparativo, el gobierno PRO activó un subsidio a la empresa McDonalds presentado como incentivo de empleo joven y se obtuvo que la hamburguesa argentina de McDonalds es la segunda más cara del mundo, sólo detrás de Suiza (en dólares).
Lo que vemos hoy, a través de la misma comparativa realizada en el canal C5N, es más trágico y manifiesto: apuntando a la canasta básica se analizaron los precios del pan y la leche (ver foto).
Así, un pan lactal en Argentina cuesta alrededor de 3 dólares, mientras que en países como Brasil, se puede conseguir por la mitad: U$S 1,57.
Lo mismo sucede con la leche, un bien básico para la nutrición de los niños argentinos: un litro, en los supermercados locales cuesta U$S 1,50, mientras que en Brasil se consigue por U$S1,17 y en Chile 0,94 dólares.
Con los fideos secos, en donde la materia prima es el maíz, el país también tiene los precios más altos: un paquete de medio kilo de los clásicos spaguetti hoy sale en promedio u$s 1,33 ($19,25); en Chile un producto similar se abona u$s 0,83 ($12) y en Brasil u$s 1,13 ($16,40). Sólo Uruguay presenta precios similares a los de la Argentina de u$s 1,34 ($ 20).
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