MACRILANDIA: El tobogán del poder adquisitivo.


La devaluación de la moneda y el ajuste de tarifas fue un golpe certero a los salarios, los cuales registraron en el primer trimestre una caída de su poder adquisitivo de un 8 por ciento respecto a noviembre último. Según un informe elaborado por la consultora Ecolatina, el salario del sector formal aumentó en los primeros tres meses de año un 6 por ciento, mientras que el salto devaluatorio fue del 45 por ciento y el incremento promedio de las tarifas de los servicios públicos subieron un 165 por ciento.

Pese a que el equipo de Mauricio Macri insiste en que la devaluación no trajo aparejada una suba en los precios internos y minimiza el impacto de aumento en las tarifas, “ni los trabajadores del sector privado ni los del sector público lograron recomposiciones en línea con la inflación observada durante los últimos meses”. “Si tomamos el salario real de noviembre de 2015, el más alto del año, y lo comparamos con el relevado en marzo del actual, observamos una caída cercana al 8 por ciento. La comparación interanual muestra una contracción del salario real de 2,5 por ciento en el primer trimestre”, según la consultora.

El gobierno pretendió marcar un techo salarial en torno al 25 por ciento para este año en sintonía con la expectativa de morigerar el ritmo de inflación en esos valores. De todos modos, ni la inflación prevista para este año ni los acuerdos salariales están cumpliendo esa pauta. “El aumento de precios abandonó la velocidad observada durante los primeros diez meses de 2015 (de 1,8 por ciento) y se aceleró hasta más que duplicar su velocidad. Entre enero y abril la inflación promedio fue cercana a 4,3 por ciento y, de acuerdo a la información relevada en lo que va del mes, en mayo se mantendría cercana a 3,5 por ciento”, advierte el informe.

En los primeros cuatro meses del año el nivel general de precios registró un alza 18 por ciento, los servicios privados y los alimentos crecieron 12 por ciento. El informe contrasta los aumentos de distintos productos respecto a los salarios y su consiguiente pérdida de poder adquisitivo. Con lo que un usuario destinaba al pago de la luz en noviembre, hoy cubriría apenas el 16,1 por ciento de la factura en promedio. Pero el dato más llamativo es la comparación con la carne. Aunque el gobierno sostiene que el aumento no respondió a sus políticas, el sólo anticipo de algunas de sus medidas implicó una suba en sus precios. “Su precio no aumentó en los últimos meses pero, una vez decidida la apertura del cepo y el fin de las trabas a las importaciones, acumuló incrementos importantes entre diciembre y enero”, señala Ecolatina. El resultado fue una caída del poder adquisitivo para la compra de carne fresca de un 7,2 por ciento. “La clase media no contó con políticas activas que compensen el desproporcionado aumento de precios y sólo le resta esperar que durante los próximos meses las recomposiciones salariales reviertan parcialmente una caída del salario que proyectamos alcanzará 4,5 por ciento promedio en 2016”, concluye.

FUENTE: PAGINA 12

Comentarios