¿Cambiemos o volvamos? La política de endeudamiento en Argentina.




El presidente argentino, Mauricio Macri, ha anunciado la renegociación con los fondos buitre y el FMI, principal causante de la crisis económica en la década de los 90.

En la conferencia de prensa que brindó Mauricio Macri en Davos expresó su intención de llegar a un acuerdo con los holdouts y retomar la relación con el FMI e informar y publicar las recomendaciones del organismo internacional sobre la economía argentina.

Esto sucedió después de una reunión que mantuvo Macri con el vicepresidente de Estados Unidos quien decidió levantar el voto negativo de su país en el Directorio del Banco Mundial sobre los préstamos a la Argentina, luego de expresar su intención de entrar a la Alianza del Pacífico y de que se realice un tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea. Todas estas propuestas con el objetivo de “volver a insertarnos en el mercado financiero internacional y recibir capitales extranjeros”.

Si releemos cuales son las señales que envía Argentina al mundo en este momento, no existe la posibilidad de no tener un flashback a las políticas neoliberales de los 90 en Argentina.

El endeudamiento externo para países de economía subdesarrollada y con problemas de restricción externa como la Argentina, es una herramienta financiera muy importante. Sin embargo, la misma puede ser un arma de doble filo si no se utiliza correctamente. El endeudamiento externo puede utilizarse para obtener los dólares necesarios para invertir en infraestructura y desarrollar la economía o para sostener una economía basada en el endeudamiento externo y la pobreza.

Como es de público conocimiento, tanto durante el período de la dictadura militar como en la década del 90 la Argentina tuvo un fuerte acceso al mercado financiero internacional luego de atenerse a las recomendaciones de los organismos multilaterales de crédito tales como liberalizar el sistema financiero local y la reducción del déficit fiscal.

El “buen comportamiento” de nuestros gobiernos en esos momentos permitió que la deuda externa de los argentinos y de la argentina en esos períodos se incrementara fuertemente. Ambos períodos económicos terminaron en una crisis financiera importante, ya que el mecanismo de tomar deuda y pagar con más deuda culmina con el descreimiento de los mercados en la solvencia financiera de los países y se frena el flujo de divisas. La primera crisis estalló en los ´80 con “la crisis de la deuda”, México entró en default, subió la tasa interés internacional y los países latinoamericanos incluida la argentina entraron en default.

El plan de armar un club de deudores latinoamericanos para renegociación con más fuerza fracasó y la argentina en crisis alcanzó un espiral inflacionario que terminó anticipadamente con el gobierno de Raúl Alfonsín. A continuación, el gobierno de Menem salió de la espiral inflacionaria atando el peso al dólar, y la economía argentina a la voluntad del mercado financiero internacional. La deuda externa argentina llegó a representar el 138% del PBI y el país entró en una grave crisis social y financiera que llevó nuevamente al default.

En el 2005 el gobierno de Néstor Kirchner asumió el compromiso de salir del default que mantenía a la Argentina sin acceso al crédito internacional con una política de desendeudamiento externo y de independencia económica. Se renegoció la deuda con los bonistas logrando una quita del 75%. Poco después se canceló el pago de la deuda con el FMI y en el 2010 se abrió una nueva negociación para los bonistas que quedaron fuera del primer canje. En esta instancia se logró acordar con el Club de Paris, quedando solamente afuera de la renegociación los holdouts o más conocidos como fondos buitres.

Estos fondos iniciaron acciones legales contra la Argentina en 2012, y juez Thomas Griesa con su fallo otorgó prioridad a los holdouts a cobrar antes que los bonistas que entraron al canje en 2005. Este fallo no sólo puso en riesgo las negociaciones previas sino que habilitó el pedido de embargo de bienes argentinos en el exterior, de las reservas existentes en el BCRA y de los pagos a los bonistas en bancos del exterior. En las distintas ocasiones las apelaciones del Gobierno Argentino y los fallos de las distintas cámaras impidieron que se avanzara con el embargo.

La negociación con los fondos buitres tomó tal relevancia internacional que la ONU aprobó con 136 votos a favor la posibilidad de crear un nuevo marco legal para las reestructuraciones de deuda soberana que permita que la misma no afecte la economía de los países endeudados.

Es importante destacar que durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, no sólo se pagaron los vencimientos de deuda externa sino que se tomaron préstamos de organismos y bancos internacionales, sin embargo, la utilización de los mismos fue dirigida a inversión en infraestructura y sostener un modelo productivo.

Existen hoy en Argentina la "ley cerrojo" para proteger el acuerdo con los acreedores que accedieron a los canjes en 2005 y 2010 y la ley de pago soberano que establece al BCRA como el banco a través del cual se pagan las deudas reemplazando al banco de Nueva York previsto en los acuerdos anteriores.

A un mes y medio de su asunción, Mauricio Macri avanzó con la liberalización del sistema financiero argentino, habla de ajuste y de volver al sistema financiero internacional. Su primer medida en términos de deuda fue permitir los bonos emitidos por el tesoro nacional al BCRA sirvan de garantía internacional para que ese banco tome deuda externa. El primer desembolso será por 5 mil millones de dólares a una tasa de interés de 6,7% por 11 meses. De no cumplir con este compromiso los bancos extranjeros se quedaran con los bonos del tesoro nacional por 10 mil millones de dólares, el doble del préstamo otorgado. El acuerdo también prevé la sesión de la soberanía jurídica ya que cualquier controversia se definirá en los tribunales de Nueva York.

Para el primero de febrero está previsto que el Gobierno de Macri presente una nueva propuesta de negociación con los fondos buitre ¿Qué implicara la propuesta? ¿Se presentará la misma en el congreso nacional o la hará efectiva por DNU? Más que cambio, el equipo económico de Cambiemos parece proponer una vuelta a la dependencia económica tanto de los países desarrollados, que nos proponen que liberemos nuestros mercados mientras ellos protegen el suyo, como de los organismos financieros internacionales.

Lucía Converti, Telesur.

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