Durán Barba se despega de Macri.


No es posible afirmar que la sorprendente victoria de Mauricio Macri en el balotaje presidencial de 2015 responda a causa unívoca. Sociólogos, politólogos, consultores, periodistas y otros se debaten aún asumido el presidente, sobre las causas de que por primera vez en la historia argentina un candidato expreso de derecha llegue al poder mediante la recolección de votos en elecciones libres.

En la diversidad de opiniones – propagada por la exponencial vidriera mediática – aparecen una mengua en el sostenido crecimiento económico a partir de las variaciones internacionales, algunas autocríticas de campaña del gobierno saliente, un taxativo rechazo a la política por parte de importantes franjas de población, rumores de fraude (dada la mínima diferencia de votos) y, de manera descollante, la furtiva y no menos persistente operación de los grupos mediáticos monopólicos formadores de opinión pública.

Entre estos factores no debe soslayarse el trabajo del consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba, coaching y principal asesor de imagen de Mauricio Macri durante la definitiva campaña electoral.

Se conocieron en 2004 cuando el empresario iniciaba su plan político presidiendo el club Boca Júniors. "Fue en diciembre del 2004. Me pareció un personaje raro, no se parecía a los políticos de México. Macri era un tipo muy inteligente que no estaba interesado en las discusiones de la política, no le interesaban. Roberto Zapata, nuestro psicólogo, lo definió como 'un tipo muy curioso'" - cuenta Durán Barba - "Me acuerdo de que mi socio dijo: 'Estos han caído de nuestro libro', porque son todo lo que decíamos en un libro que escribimos por entonces, Mujer, sexualidad, Internet y política. Gente muy fresca, sin tradición política, sin traumas, sin prejuicios, dispuestos a oír". Pero no era sólo el hijo de Franco Macri. Todo el grupo de compañeros con el que quería ingresar al mundo de la política eran "personas a las que ningún rito de la política les parecía muy importante".

Desde aquel diciembre de 2004, el empresario Macri aceptó con ambición de aprendiz casi todos los consejos personales del asesor (creador del concepto "círculo rojo"). Con suma entrega, obediencia y voluntad, obedeció las nuevas normas de conducta que lo harían más agradable frente a un electorado diverso. Logró cambiar aspectos de su presencia pública haciendo camino al andar. Sus limitaciones intelectuales, su temperamento poco carismático y una profunda timidez le siguen haciendo dificultoso, aún presidente, su combate al miedo escénico.

A lo largo de una década de trabajo, Durán Barba fue quitando las rebarbas de una escultura dura de roer. Fue él quien trabajó para atenuar los rastros de su educación elitista, quitarle el bigote, enviarlo al fonoaudiólogo a corregir la “papa en la boca”, enseñarle a no fruncir el ceño frente a periodistas, a sonreír más, a no sobresaltarse cuando un vecino lo tocaba por la espalda y a mostrarse relajado con su esposa e hija nueva.

"Yo creo que Awada le ayudó mucho. Es una mujer muy sensible, muy agradable, tengo una excelente relación con ella. Creo que la hija fue otra revolución para él. La hija le hizo rever el mundo de una manera impresionante. Le dio una nueva vida, de una felicidad impresionante. Mauricio cambió brutalmente en eso también. Yo creo que Antonia le proporcionó una nueva etapa", contó Durán Barba.

Si bien el trabajo de Durán Barba sobre la imagen pública de Mauricio Macri quedó en la balanza de los éxitos, las contradicciones y torpezas del empresario quedaron grabadas en archivos vivos. El discurso de campaña diseñado por Durán Barba apuntó de manera unánime y esencial a ocultar el verdadero plan de gobierno de modo tal de que, una vez asumido en el cargo, el empresario no tuviera que pagar el costo de las promesas incumplidas.


A doce días de gestión macrista, Durán Barba perdió preponderancia en el entorno PRO cuando el presidente debe cambiar de manual en virtud de que no es lo mismo llegar al gobierno que mantenerse en él. ¿Qué debe hacer entonces Macri ahora que es Presidente? En su opinión, debe "ser leal consigo mismo, es lo más importante". "Tú no puedes vender una imagen en la campaña, llegar a la Casa Rosada y hacer lo contrario. Hay quienes piensan que con la popularidad de los primeros meses se deben tomar las medidas brutales de la economía y que después se remonta. No, no remontas nunca. Eso pensaba mi buen amigo Gonzalo Sánchez de Lozada (ex presidente de Bolivia asilado en los EEUU), tomó las medidas y hasta ahora está prófugo en los Estados Unidos".

Las declaraciones de Jaime Durán Barba a dos semanas de gestión de su contratista, abren interrogantes, sospechas y suspicacias. El hombre dirige sus declaraciones públicas como un trabajador independiente, desplegando su lista de éxitos, su currículum y su disposición a contrato, siempre con la última base estadística (encuesta) de opinión pública en su conocimiento. No es la primera vez que sus dichos causan malestar en el entorno del empresario; las opiniones vertidas sobre el Papa Francisco I en vísperas del balotaje fueron el más candoroso antecedente.

Ahora, luego de un desmesurado – y por eso histórico - paquete de medidas económicas y judiciales de crudo corte neoliberal, Durán Barba vuelve sobre su perfil independiente y se despega de su criatura.

En su discurso de asunción ante la Asamblea Legislativa, el nuevo mandatario anunció que será "implacable contra la corrupción", frase que, en letras catástrofe, fueron tapa del diario Clarín (24.11.2015). Apenas doce días después, la diputada Margarita Stolbizer pidió que la ex presidente Cristina Kirchner sea convocada a declarar por la causa Hotesur y Clarín –con todas sus repetidoras – intenta establecer la idea de corrupción anterior por sobre los hechos públicos que comienzan a verse en las calles (4 manifestaciones a Plaza de Mayo y una fuerte represión en la autopista Ricchieri).

Pragmático, Durán Barba buscó la respuesta a lo que considera la gran pregunta: si existe alguna posibilidad de que la ex jefa de Estado, Cristina Fernández de Kirchner, pueda llegar a ir presa. El consultor ecuatoriano no habla sobre las cuestiones estrictamente judiciales, pero advierte que, según sus encuestas, la mayoría del país no quiere verla tras las rejas: "Sólo el 14% de la gente quiere eso. Pero el 86% no".

Desplazado, despechado, sorprendido o con la satisfacción del deber cumplido, Durán Barba sigue su camino triunfal. Su currículum suma un 2015 en que llevó al PRO a ganar la Nación, la provincia de Buenos Aires y la Nación. Ahora advierte que no es lo mismo llegar al poder que mantenerse en él y, reconoce, quiere "un poco más de distancia con el Gobierno". "Cumplí 68 años hace unos días en Washington y quiero dedicar más a escribir... Voy a ser un hombre de consulta, eso sí".

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