La reforma laboral: tema central del coloquio de IDEA.


Empresarios y sindicalistas coincidieron en que los cambios que impulsa el Gobierno se negociarán sector por sector. "Discutiremos qué necesitan y qué buscamos nosotros", indicó Caló, de la UOM. "Hay un clima positivo", dijo Berardi, de Techint.

La reforma laboral que está desde hace varios meses en el tope de la agenda política va tomando forma. Hoy fue un tema central en la segunda jornada del Coloquio de IDEA. En lugar de un abordaje transversal a todos los sectores, en línea con la reforma brasileña, empresarios y sindicalistas reunidos esperan que los cambios se negocien a nivel sectorial. Otro punto de análisis fue la reforma fiscal, de la que los empresarios esperan baja de impuestos a mediano plazo, teniendo en cuenta el déficit actual que existe en las cuentas públicas. Página/12 dialogó mano a mano con empresarios y dirigentes gremiales de primera línea reunidos en Mar del Plata.

Una de las novedades del Coloquio de IDEA es la asistencia del CEO de Techint, Paolo Rocca, quien está entre los hombres más influyentes del abanico empresarial. Rocca vino a la ciudad ladeado por Martín Berardi, director general de Ternium Siderar, y Luis Betnaza, director del Grupo. Berardi conversó con este diario. "Hay un clima positivo de negocios, sin duda. Y el resultado de las PASO confirma un rumbo. El Gobierno empieza a aplicar políticas sectoriales, lo cual es bueno. El ejemplo es lo de Vaca Muerta, el software y las automotrices", consideró Berardi.

Muchos industriales se quejan de que a pesar de que hay políticas sectoriales, la macroeconomía no acompaña", le consultó este diario. "Pasa que si vos querías corregir la macro de un saque, ibas a una crisis más parecida a 2002. La gente no votó el ajuste, entonces habrá una gradualidad", respondió Berardi. En relación a la reforma fiscal, dijo que "es importante, pero tampoco hay que esperar muchas cosas porque también el déficit fiscal es grande".

Facundo Velasco, gerente de Relaciones Institucionales de Acindar, consideró que "el peso del tema laboral en los costos es una demanda de la sociedad, porque a la larga se termina generando menor empleo. El tema no es pagar mal salarios, pero no queremos tener todas las contingencias inherentes a la industria del juicio. Por eso es importante la ley de ART". "La reforma de Brasil tiende a lo mismo. Pero cada país busca la metodología propia. La reforma de Brasil es integral, hoy el Gobierno argentino habla de herramientas sectoriales con algunos incentivos por productividad. Esa es la línea de trabajo que se quiere realizar. Lo veo necesario", detalló Velasco.

Del lado sindical, el jefe de la UOM, Antonio Caló, dijo a Página/12 que "cada gremio sabe lo que puede poner a la hora de la reforma laboral. Pero esto tiene que darse por actividad, por sector. Yo sé en mi gremio lo que puedo poner, los camioneros saben lo que pueden poner o los ferroviarios lo mismo. Cuando nos sentemos con los empresarios metalúrgicos, bueno ahí discutiremos qué es lo que necesitan y qué buscamos nosotros. Vamos a poner algo pero ellos también tienen que poner algo. Tienen que invertir en maquinarias".

"Que la gente no falte tanto al trabajo, o sea reducir el ausentismo, es una de las cosas que se pueden hacer. Acá no se necesita una ley nacional, tiene que haber entendimiento y diálogo. Las leyes después la agarran los abogados y duermen cinco años. Los problemas laborales se resuelven entre las partes", agregó Caló. En relación al empleo en el sector, el dirigente detalló que "el año pasado perdimos 30 mil trabajadores por la caída en el nivel de actividad. Este año, cuatro mil trabajadores tomaron retiros pero ingresaron seis mil trabajadores, así que en 2017 estamos dos mil arriba".

Carlos Blaquier (hijo), de la azucarera Ledesma, indicó que "hoy nosotros como empresarios podemos decir lo que pensamos, hacer las críticas". "Pero el clima es de apoyo al Gobierno", le dijo este diario. "Sí, obvio. Hay una sintonía positiva. Me parece que la gente que está gobernando está haciendo lo imposible para que esto salga adelante", respondió el empresario. En relación a la reforma tributaria, Blaquier sostuvo que "Ingresos Brutos es un impuesto terrible. Hay provincias que tienen 6 por ciento de Ingresos Brutos. La liquidación te vuelve loco y te comes juicios en todas las provincias. Es infernal el costo que genera en las empresas". Sobre la cuestión previsional, que también está en la mesa de posibles reformas, el empresario anticipó que "yo creo que lo que el Gobierno está pensando es beneficiar a las empresas que están lejos de la capital con una baja de aportes patronales".

Por su parte, Juan Carlos Schmid, titular del gremio de dragado y balizamiento y miembro del triunvirato que conduce la CGT, dijo que "la reforma laboral es un desafío que hay que observar junto con la marcha de la economía. Hay que ver cómo se va resolviendo después de las elecciones", se limitó a decir.

Una voz apenas discordante desde el lado empresarial provino de Miguel Acevedo, de Aceitera General Deheza (AGD) y titular de la UIA. En su calidad de representante de todo el abanico industrial, dijo a este diario que "hay sectores que están afectados por importaciones porque esto se da en un mercado más recesivo. Hay sectores a los que todavía les está costando. Y el panorama no es alentador. Ahí es donde vamos a tener que trabajar sector por sector. Insistimos en que tiene que haber una ley de reforma impositiva. No se trata de bajar ya los impuestos pero por lo menos empezar a dar previsibilidad de que en cinco años se va a ir cambiando el régimen". En cuanto a la reforma laboral, Acevedo dijo que "no veo una reforma ´a lo Brasil´. Tendrá que ser consensuada".

GRANDES EMPRESARIOS ENTUSIASMADOS CON EL GOBIERNO
Javier Lewcowitz

La encuesta de expectativas en el Coloquio de IDEA arrojó los valores más altos en casi dos décadas, a pesar de que la mayoría reconoció que en el último semestre los resultados fueron “moderadamente mejor” que el pésimo 2016.

La encuesta anual de IDEA reflejó el clima de optimismo en el empresariado reunido en el coloquio. Alrededor del 65 por ciento de los consultados afirman haber pasado un semestre moderadamente mejor que el anterior y una proporción similar espera buenas noticias para las compañías en los próximos meses. Entre los que aseguran estar peor, remarcaron que los temas que preocupan son la inflación, la falta de reactivación y la deuda externa. “Los valores de expectativas son los más altos desde que comenzaron las mediciones, hace casi dos décadas”, dice el informe, en línea con el clima de fiesta del gran empresariado reunido en Mar del Plata, que contrasta con la agenda de problemas que días atrás el sector pyme llevó al Congreso nacional.

La encuesta de “expectativas de ejecutivos” confeccionada por la consultora de investigación de mercado D´Alessio IROL es un clásico del Coloquio de IDEA. La natural sintonía del empresariado con el Gobierno de Cambiemos se potenció en un contexto de recuperación económica y con el buen resultado electoral de las PASO, que desafina frente al escenario de apenas parcial recuperación de la actividad que se percibe en los números oficiales.

En cuanto a la situación económica del país, la evaluación de los últimos seis meses es “moderadamente mejor” para el 66 por ciento de los empresarios. Están “mucho mejor” el 20 por ciento de los jefes de empresas de servicios y el 12 por ciento de las empresas de bienes. Para los próximos seis meses, la expectativa es algo más positiva: el 65 por ciento espera estar moderadamente mejor y el 21 por ciento, mucho mejor. La situación de la economía “real” es más terrenal: con la mejora del 4,9 por ciento de julio, de acuerdo al EMAE del Indec, la economía alcanzó por primera vez los niveles que tenía a mediados de 2015.

El 56 por ciento de los empresarios no esperan cambios en las exportaciones, el 27 por ciento espera un aumento moderado y apenas el 4 por ciento pronostica un aumento significativo. Según el Indec, en ocho meses las exportaciones muestran una baja interanual del 0,1 por ciento. La comparación frente a 2015 arroja una caída del 1,6 y frente a 2014, del 19 por ciento.

En cuanto a la inversión, el 49 por ciento de los empresarios dice que aumentará moderadamente, mientras que el 14 por ciento anticipa un aumento significativo. En cambio, el 7 por ciento admitió que disminuirá levemente y el 3 por ciento, que bajará significativamente. El panorama de expectativas de las ventas es algo más promisorio, ya que el 65 por ciento dice que aumentarán moderadamente y el 18 por ciento, significativamente. Los empresarios son menos optimistas en relación al empleo, ya que el 42 por ciento dice que no se modificará y un 43 por ciento, que aumentará moderadamente.

“¿Cuáles cree que son los temas más importantes para su negocio en el próximo año?”, dice una de las preguntas de la encuesta. Dentro de los rubros industriales, el 67 por ciento mencionó en el tope de sus prioridades a la reforma impositiva, seguido por tarifas (29 por ciento) y condiciones de comercio internacional (25 por ciento). Por el lado de la competitividad, el 74 por ciento de los empresarios apelaron a la importancia de una reforma impositiva, seguido por la baja de la inflación (47 por ciento), buen funcionamiento de las instituciones y la Justicia (44) y reforma laboral (43). Muy por atrás quedó la mejora de infraestructura y en educación, ambas con el 18 por ciento, la promoción en inversión en nuevas tecnologías y el acceso al crédito (8 por ciento cada una).

Comentarios

  1. que hermoso ver declaraciones de un dirigente sindical poniendose en boton y vigilante con el tema "ausentismo". Como se les nota que no tienen que vivir en un rancho en el fondo del conurbano viajar horas y horas para trabajar otras doce, que le paguen 10 lucas, 4 hijos, comer mal y dormir poco.
    hijos de puta.

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  2. Pero sublime es verlo negociar sus silencios con un gobierno como el actual.

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